Esta es la ruta en Rumania para encontrar el féretro de Drácula
Rumania es el país que sirvió de escenario a Bram Stoker, el autor irlandés, para desarrollar la mitología entorno al vampiro Drácula. Stoker jamás visitó Rumania, sin embargo, su literatura retrata los momentos gloriosos de Vlad Dracul, príncipe de Valaquia, quien venció a los turcos y se consagró como héroe nacional. Hace 90 años, en 1827, Bram Stoker escribió sobre Drácula, quien se ha hecho el gran embajador turístico de Rumania. Este es el recorrido para descubrir el féretro del vampiro.
1. Bucarest
Para comenzar este periplo en búsqueda del manto oscuro que envuelve la mitología de Drácula es necesario descubrir los parques de Cismigiu, Tineretului, Herastrau, así como visitar el museo etnográfico al aire libre conocido como Museo de la Aldea (Muzeul Satului).
En el Museo Nacional de Historia se exhibe un retrato del oscuro personaje Vlad Tepes, considerado por los rumanos un héroe nacional por haber expulsado a los turcos.
2. Castillo de Bran
Por más que traten de convencernos de que este castillo fue la morada del príncipe Vlad Tepes, no existe una prueba fidedigna de que así lo haya sido, si acaso hiciera una parada de paso por este castillo, pero jamás fue su residencia. Sin embargo, su fachada resulta un escenario fantástico para situar aquí al personaje que imaginó Bram Stoker: Drácula. Durante los siglos XV y XVI, Bran fue una importante plaza fronteriza. El castillo, construido en 1382 y que fuera residencia real veraniega hasta la abdicación del Rey Miguel en 1947, fue un museo desde 1957 y en 2006, tras 60 años en manos del gobierno comunista, fue entregado a un pariente de los dueños originales, Dominic de Habsburgo, nieto de la Reina María. En 2007 salió a la venta, pero dos años más tarde se anunció que la familia había decidido no venderlo y garantizar su futuro como museo.
3. Castillo de Poienari
El Poienari, en Valaquia, fue construido en 1459 para el Príncipe Vlad Tepes. Prisioneros turcos fueron sometidos para construir esta fortaleza, y así resguardar Transilvania. Una parte considerable del castillo se derrumbó por la ladera de la montaña en 1888. Para acceder a la fortificación hay que subir 1.426 escalones desde el lateral de una central hidroeléctrica. Arriba te espera un vista panorámica triunfal y la satisfacción de pisar el castillo que resguardó al terrible Vlad, a Drácula.
4. Bistrita
Bram Stoker decidió que el personaje de Jonathan Harker debería de alojase la víspera de San Jorge en un hotel de la localidad, antes de partir hacia el Este, al castillo de Drácula. Hoy, esta idea de Stoker ha servido a los guías y vendedores de souvenirs, quienes ofrecen objetos y paseos en la zona relacionados a esta historia.
Bistrita es una ciudad amigable, ideal para visitar y su escencia medieval nos coloca de inmediato en el relato de Bram Stoker. Pasear por el lago Colibita o descubrir escenarios de la novela, como el Hotel Corona de Oro –donde te recomendamos probar la carne de cerdo y salchichas a las brasas– donde se hospeda Harker a su llegada, hace del viaje toda una experiencia.
5. El castillo de Drácula
Es necesario hacer una parada en Piatra Fantanele para visitar el Hotel Castel Dracula, más conocido como Castillo de Drácula. Cuenta con 53 habitaciones y se localiza donde Bram Stoker ubicó la ficticia residencia del vampiro.
La arquitectura del lugar parece salida de la cinta de Francis Ford Coppola: las habitaciones son muy pequeñas, con muebles de madera, teléfonos de antaño y mucho rojo sangre por todos lados. La habitación de Drácula es espectacular, debes descender unas oscuras escaleras viejas que te conducen al féretro del vampiro, a la luz de las velas.