Las fiestas legendarias de Mick Jagger y Frank Sinatra en el St. Regis
No sólo Dalí daba rienda suelta a su frenesí en el hotel St. Regis: Frank Sinatra hacía las más grandes fiestas en este lugar. Imagina que entras al lobby del St. Regis de Nueva York, es una noche veraniega de 1959 y te recibe uno de los 30 mayordomos que se ocupan ahí, vestido con guantes blancos y esmoquin, letrado al menos en tres idiomas y listo para llevarte a una de las ostentosas reuniones que había organizado Frank Sinatra en la azotea.
Los invitados visten relucientes trajes de la época, las mujeres resplandecen joyas de Tiffany, mientras que la música, la fiesta y la champaña relucen con la misma intensidad que los suelos de mármol de canteras de Francia, los candelabros de cristal y el mobiliario Luis XV; el glamour y oropel ornamentan cada centímetro de cada habitación del hotel.
Así sucedían las veladas que convocaba Frank Sinatra –a las que concurrían Ernest Hemingway y Marilyn Monroe– o las interminables fiestas protagonizadas por Mick Jagger y los Rolling Stones en los nacientes años 70, con invitados estelares que incluían al artista plástico Andy Warhol, gurú y emblema del jet set neoyorquino, a quien le seducía tomar Polaroids del resto de los concurrentes –ya fuera Bob Dylan, Truman Capote o al trastornado escritor Henry Miller; para Warhol, capturar a los convidados a la fama en una instantánea saciaba una debilidad casi erótica que tenía por las celebridades.