Los 5 bares y pubs más originales en Boston
Boston posee una belleza inmaculada, sus calles y jardines de aspecto londinense son habitados por el espíritu salvaje y juvenil. En Boston no todo es una conglomeración de eruditos y nerds de Harvard, también la fiesta y la vida en toda su intensidad buscan una tregua en el fondo de los vasos que sudan al filo de la barra. Estos son 5 bares esenciales para descubrir Boston.
GREEN STREET, EL BAR MÁS VIEJO DE ESTADOS UNIDOS
280 Green St, Cambridge
www.greenstreetgrill.com
En Green Street, un cariñoso Dylan Black, que parecía un tierno oso de peluche gigante, platicó conmigo sobre su amor por México y sus tacos y sus mujeres; finalmente se casó con una mexicana. Dylan es familiar legítimo del dueño Frank Black, primer propietario de este lugar. Hablamos de la vida, de los viejos amores, de la complejidad de las relaciones humanas y lo complicado de las musas y las musarañas. Me sirvió un trago llamado Division Bell, una exquisita mezcla de mezcal, jugo de uva y licor de marrasquino –una poderosa mezcla dulce a la que tuve que pedir algo más ácido para equilibrar el paladar y los recuerdos que se embestían como una turba de hooligans que querían hacer de aquel momento un festín de gloria. “Daisy Black es la opción amigo”, dijo el generoso Dylan. Y una coqueta Daisy Black –con jugo de limón, miel, menta y licor– se deslizó por mi garganta, provocando un desfile de anécdotas sobre viejos y ajetreados caminos.
BUKOWSKI TAVERN, INSPIRADA EN EL POETA BORRACHO CHARLES BUKOWSKI
50 Dalton St, Boston
www.bukowskitavern.net
La siguiente parada sería la Bukowski Tavern. Para los románticos, los bohemios y los que buscan una aventura de una noche, este lugar es el santuario. En las paredes, mesas e incluso en el baño, la imagen de aquel paria borracho, mujeriego y andrajoso escritor Charles Bukowski es la insignia. Afiches, retratos, fragmentos de poemas y líneas escritas a la menor provocación por el escritor, acompañan la variedad de cervezas artesanales que sirven ahí. “Este es el paraíso”, me dice Yoanna, la manager de la taberna. “Cualquiera puede perderse en el sabor de las más de 100 marcas de cervezas que aquí vendemos”. Tiene razón. El lugar es hechizante, parece una cueva donde, en cualquier momento, una vampiresa puede sacarte a bailar y exprimirte hasta la última gota de sangre. Es sensual, es delirante, una taberna que explora los rincones más arriesgados del alma.
BACKBAR, EL ALUCINANTE BAR AL CUAL ENTRAS POR UNA BODEGA
7 Sanborn Court, Union Square Somerville
www.backbarunion.com
La euforia de aquella noche arrastró mis zapatos embriagados por el ritmo de Boston hasta el BackBar, donde Sam Treadway, dueño y manager del lugar, me esperaba en la entrada, una pequeña puerta escondida en un callejón, para conducirme al fondo de la barra, donde me aguardaba el trago Guatemala Storm. El ron zagacapa y el jugo de piña deben ser eternos amantes que logran las mejores líneas, las más candentes emociones que se derraman del vaso y del corazón. En las paredes, el arte de Amy Reuter se desplegaba a diestra y siniestra, una imaginería que rebasaba los límites de la cordura para explotar en la locura creativa, y la rola “Virginia Wolf”, de The Procussions, convocaba a las mujeres más hermosas a sentarse a la barra y pedir whisky japonés, vino o mezcal.
CUCHI CUCHI, CON BAILARINAS, MÚSICA CAN CAN Y AMBIENTE PARISINO
795 Main St, Cambridge
www.cuchicuchi.cc
Al filo de la media noche, habría que bailar ese cancán que tocan en el cabaret Cuchi Cuchi. Bailotear entre borrachos y el jolgorio de mujeres exuberantes vestidas como damiselas del viejo París, era una atenta invitación a la provocación. Conchita, una de las meseras, me narra sus historias de romances de cuento y anécdotas de hombres tontos que exprimen sus bolsillos con tal de obtener un sólo beso. En la mesa, el trago Once Upon a Time in Mexico –una mezcla de menta, jalapeño, tequila, licor y granada– me espera como una amante en una cama sin hacer. La decoración como salida de un cabaret del viejo barrio parisino de Montparnasse de 1830 y la bebida Thai Cocktail –a base de ron de coco, albahaca, vodka citrus y champagne–, provocaban en mí las más turbias confesiones que se hayan hecho en cualquier “happy hour”.
BRENDAN BENHAM PUB, UN LUGAR QUE SE ANTOJA POÉTICO Y CON LA MEJOR CERVEZA
378 Centre St, Jamaica Plain
www.brendanbehanpub.com
El Brendan Beham Pub, llamado así en honor al poeta y dramaturgo irlandés, tenía una magia única. Aquí desfilaban las glorias y penas del día anterior. Sonaban Bob Dylan, Morrissey y Tom Waits desde un tornamesas cerca a la barra. En el rincón, unos amantes se abrazaban como vampiros agazapados a la última sombra de la noche, mientras que retratos de James Joyce y Samuel Beckett en la pared eran testigos de aquél emotivo contubernio. El bartender, Adam Wells, servía tarros de cerveza local. “Somos muy celosos de nuestra creación”, dice Adam, orgulloso del elixir que se fabrica en su ciudad. Este lugar es el nido donde los amantes se emborrachan con cervezas locales y bailan hasta el amanecer.