En la Ribera del Duero existe un vino que se produce en cuevas
Una serie de cuevas que ofrecen las mejores condiciones naturales para conservar el vino es una de las particularidades de la bodega Cillar de Silos, cuyo nombre rinde homenaje al Monasterio de Silos y al monje encargado de organizar su despensa o cillería.
Esta particular bodega subterránea data de finales del siglo XVII y cuenta con las condiciones naturales de humedad y temperatura, entre 11.5º y 12ºC, para la producción de vinos de gran personalidad.
“Intentamos aprovechar al máximo lo que nos da la tierra, lo que nos marca el terreno. Los vinos hay que hacerlos para disfrutar”, afirmó Roberto Aragón durante la cata que la bodega ofreció en La Naval.
Responsable de la dirección y la comercialización de esta empresa familiar, Roberto presentó algunos de los vinos que ofrecen. El Quintanal Tempranillo tiene un paso por bodega de 5 meses con sabores de ciruelas y notas de vainilla. Cillar de Silos Crianza permanece 13 meses en barrica nueva de roble francés y presenta aromas de frutos negros y especias dulces.
Rosado de Silos es 100 por ciento Tempranillo y se describe como un vino con una vivacidad y una fragancia que destacan por sí mismas. Torresilo está elaborado con fruta seleccionada y se caracteriza por una crianza de 16 meses en barrica nueva de roble francés.
Las históricas cuevas se comunican a través de pasajes subterráneos directamente con el viñedo, que se encuentra ubicado al norte de la Ribera del Duero, en el valle de Quintana del Pidio, Burgos, y puede visitarse bajo previa solicitud al correo bodega@cillardesilos.es