Visitar esta isla puede significar no regresar pronto
Seguramente, si eres amante del whisky, en especial del escocés y, aún más, del single malt, has soñado con hacer los recorridos por las verdes e inmensas praderas de Escocia para ir de destilería en destilería probando esa “agua de vida”.
Esto puede ser aún mejor si, además de las praderas, exploras las islas escocesas donde se destila whisky. Tal vez la más famosa sea Islay donde se albergan 8 diferentes destilerías.
Sin embargo, ese viaje ideal puede convertirse en una aventura mayor (o una pesadilla) si decides visitar la isla hermana de Islay, es decir, la Isla de Jura, donde se destila el gran single malt del mismo nombre. Visitar esta isla puede significar no regresar hasta en una semana.
Lo anterior porque ésta indómita isla es uno de los lugares de Escocia donde la naturaleza se conserva en su estado más agreste. En esta isla también, George Orwel encontró la tranquilidad para escribir su más famosa novela: “1984”, pero consideró a Jura como un "lugar extraordinariamente i-nac-ce-si-ble". Tal vez por eso se fue allí, para alejarse de todos.
Con tan solo 200 habitantes, una carretera, un pub, un hotel, una escuela, un gran remolino marino y una destilería donde se produce uno de los mejores whiskys del mundo. Para llegar a ella sólo lo puedes hacerlo en ferry o en pequeños barcos. Sin embargo, por ese remolino que está en una de sus costas: el místico remolino de Corryvreckan, el tercero más grande del mundo, y una costa salvaje de rocas escarpadas maltratadas por el mar abierto, cuando llega a haber lluvia o una tormenta el acceso a la isla, (o el regreso de ella) se hace imposible por lo indómito de las aguas alrededor.
Este remolino permanente es un uno de los más grandes en el mundo y también uno de los tramos más peligrosos del agua alrededor de las Islas Británicas. Se dice que en ciertos momentos el ruido es tan fuerte que puede oírse a 15 kilómetros de distancia; la fuerza sus corrientes pueden llegar a más de 10 nudos (unos 100 km/hora) y se forman olas de más de 9m de altura.
Pero vale la pena el riesgo, pues Jura es una Isla que sabe a whisky y a naturaleza; es un lugar de contrastes, pues mientras una de sus costas tiene estas aguas salvajes y remolino mortal, en otra de sus costas alberga bahías de arenas blancas con aguas totalmente tranquilas.
También alberga maravillosos paisajes naturales de altas montañas y una riquísima fauna que incluye ciervos (Jura en lengua vikinga significa “isla de ciervos” y aquí hay más de 5 mil, por lo que superan ampliamente al número de habitantes) nutrias, focas, águilas reales, faisanes e incluso algunos de los escasos pigargos y ballenas de Minke.
Así es que, si quieres vivir una aventura real en tu próximo recorrido por destilerías, no te pierdas de visitar Jura y su destilería que además, como la naturaleza de la isla donde se encuentra, llena de contrastes, produce whiskys que van desde ahumados o con alta turba hasta whiskys dulces y redondos. Por lo que podrás probar en un whisky la naturaleza de toda una Isla… esperando poder salir de ahí, algún día.