Plato de autor: la sopa de Pablo Neruda
Cuenta la historia que en una mesa del restaurante Chez Camilo, en la localidad chilena de El Quisco, se compuso, quizás, una de las poesías más sentidas de amor. Pero no se trataba del amor a una mujer, algo que su autor y Nobel de Literatura, Pablo Neruda, dominaba a la perfección, sino del amor por un platillo andino. El poeta chileno comienza así su Oda al caldillo de congrio: "En el mar tormentoso
de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de nevada carne. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento, provechoso". A continuación, su homenaje relata la preparación de la deliciosa sopa hasta que es presentada ante unos recién casados.
De tal forma, mientras leemos estas líneas podemos ver claramente la devoción y la fascinación que le provocaba a Neruda dicho manjar. Socialista hasta la médula y miembro del Comité Central del Partido Comunista chileno, Neruda instauró que el primero de enero se sirviera el caldillo en su reunión tradicional. De hecho, este evento se sigue celebrando en la que fuera la casa del poeta, en Isla Negra. Sin duda, este abundante plato es algo digno de compartirse entre varios comensales. Es por eso que lo solemos encontrar en una fuente de cerámica —fabricada artesanalmente en el pueblo de Pomaire— en el centro de la mesa. Definitivamente, si la poesía como la del ilustre autor nutre nuestro espíritu, comidas tan exquisitas como este caldillo consiguen el mismo efecto en el cuerpo.
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