Cena de autor: el salmón del Titanic
Todos saben el trágico destino del inmenso crucero de tres chimeneas que acabó sumergido en las frías aguas atlánticas tras chocar con un iceberg el 16 de abril de 1912. El "inhundible" RMS Titanic era un barco equipado con todo el lujo para sus pasajeros de primera clase. Obviamente, la comida que se servía en las cenas de esta estaba acorde con ello.
Esta receta, directamente salida de las cocinas de la embarcación, era servida en lujosos salones llenos de mesas decoradas con flores y mientras una orquesta tocaba obras de Chaikovski y Puccini. En una de ellas, hasta se encontraba sentado el magnate americano Benjamin Guggenheim, cuya familia fundó el prestigioso museo.
Un billete para disfrutar de estos manjares y de un camarote costaría ahora 1 millón 550 pesos mexicanos con sus correspondientes baños turcos, bibliotecas, restaurantes y pistas de squash. Sin embargo, el delicioso salmón fue la última cena que algunos disfrutarían... pues apenas unas horas sucedería uno de los siniestros que marcaría el siglo XX.
Ingredientes (4 personas)
4 filetes de salmón
1/2 cebolla pelada
1/2 pepino
100 g zanahorias troceadas
600 ml de caldo de pescado
1 hoja de laurel
Sal, pimienta y perejil
Para la salsa
3 yemas de huevo
1 cuchara de té de mostaza de Dijon
1 cucharada grande de vinagre de vino blanco
170 g de mantequilla fundida
100 ml de nata
Sal y pimienta
Preparación
Precalienta el horno a 200 °C y pon el salmón en un plato hondo. Sobre cada filete de salmón coloca la cebolla y sazona con sal y pimienta al gusto. Vierte en una olla el caldo de pescado con la hoja de laurel y el perejil para ponerlo al fuego. Una vez rompa a hervir el caldo, sácalo del calor e introdúcelo al horno con el salmón cubriéndolo todo con papel de aluminio.
Mientras se cocina el salmón, puedes hacer la salsa. Pon las yemas de huevo, la mostaza y el vinagre en un recipiente y bátelo. Mientras sigues batiendo, añade poco a poco la mantequilla fundida. Una vez esté todo bien mezclado, añade la nata y sazónalo con sal y pimienta.
Cuando el salmón esté cocinado quita los filetes del horno y quita el hueso central junto a la piel. Sírvelos calientes con la cebolla, el pepino, la zanahoria y la salsa a un lado.
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