Un tequila de 55 grados
Si algo hay que destacar de la industria tequilera es su constante experimentación, aprendizaje y evolución: cuando se percataron que podían llegar a más mercados lo suavizaron, añejaron y bajaron su graduación para darle sabores más amaderados o almendrados, más digeribles, menos fuertes. Siguiendo esta línea, recientemente muchas marcas han optado por los "añejos cristalinos" y con sabores, incluso, frutales y florales.
Sin embargo, hoy celebramos, la muy reciente llegada del Herradura Directo de Alambique, un tequila que regresa a los orígenes y recupera su proceso artesanal respetando la fortaleza del carácter que le dan sus 55 grados alcohólicos.
Y lo celebramos porque somos muchos que nos gustan las bebidas directas, sin combinaciones, sin coctelería; que nos gusta apreciar los sabores limpios y directos de los destilados y sus virtudes. Por ello muchos habíamos cambiado el mezcal por el tequila: los mezcales tradicionales destilados en cobre o en barro, que difícilmente bajan sus graduaciones de los 45 grados para respetar los sabores más puros del agave, la molienda, el horneado y el color transparente que los caracteriza.
Hoy, Herradura logra un gran producto, Directo de Alambique, un tequila poderoso, fuerte, con un color transparente y brillante, directo, sin añejamiento, ni filtraciones y, acaso lo que lo hace más especial: sin dilución alguna. El tequila como se extrae de su destilación directa del alambique. Su sabor es profundo, se perciben claramente sus notas al agave azul bien cocido y bien machacado, se reconoce su proceso artesanal en los aromas a cítricos y en la fortaleza de su cuerpo que, al servirlo, presenta esas sutiles perlas, que se convierten después en lágrimas espesas, bien marcadas, que hablan de su carácter.
Y lo mejor, esa fortaleza, sabores profundos y graduación, lo hacen ideal para maridarlo con nuestras comidas mexicanas: moles, carnitas, birria o insectos como chapulines o chicatanas.
En los orígenes de la producción del tequila, los tequileros decían que: "el tequila debe ser blanco, fuerte y de intenso sabor a agave". Hoy, Herradura Directo de Alambique con sus 55 grados de alcohol, lo logra.
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