Itinerario de destilerías escocesas
El olor a cereal fermentado impregna al visitante desde la entrada principal a la destilería. Es la carta de presentación de estos templos para descubrir cómo, detrás de cada puerta y en cada rincón, la leyenda del whisky escocés cobra vida.
La historia del scotch está llena de placeres, experiencias y sabores, que encuentra en cada casa su identidad y en las que, según Ewan Gunn, gurú del whisky, vale la pena tener el olfato y los ojos bien abiertos. Porque recorrer cualquiera de las decenas de destilerías escocesas es viajar por el mejor whisky del mundo.
"El olfato ilumina la memoria, casi en automático, sin siquiera tener la intención de hacerlo. Cuando pones el primer pie en una destilería, llámese Cardhu, Dalwhinnie o Talisker, tu mente guardará imágenes que regresarán a ti cada vez que te sirvas un vaso de whisky. Ahí está la magia de visitar una destilería: le das vida y sentido a cada trago que tomas en tu vida", asegura el experto de Johnnie Walker.
La nariz se convierte en la guía perfecta en las visitas a estos monumentos escoceses que, a su vez, narran al interior diferentes historias tanto de sus fundadores como de lo que cada una aporta al mundo del scotch. "Al entrar a cualquier destilería, descubres que hay más narices que manos trabajando. Visitar una destilería es una lección de aromas y de cómo se construye determinado sabor. Ése es el gran orgullo que hay por el scotch y que tratamos de transmitir cuando un cliente visita alguna fábrica: la lealtad a la tradición de los sentidos y el respeto artesanal que hay detrás de cada barrica".
A pesar de tener una fuerte competencia en países emergentes en la materia, como Japón, este orgullo nacionalista salta de inmediato y no es para menos. Escocia es el único lugar del mundo capaz de ofrecer tal diversidad de sabores. No hay otro país que le exija al bebedor tanta atención para llegar al núcleo del scotch.
"Tenemos cientos de destilerías y nadie te va a decir que una es mejor que la otra. No tiene sentido: cada destilería ofrece la misma calidad, pero una identidad diferente. Desde los agricultores que cultivan la cebada hasta los embotelladores de cada planta, todos se sienten orgullosos de su participación en el proceso. Es impresionante la cantidad de personas que juegan roles tan diversos en la creación del whisky. A su vez, cada una de las personas que laboran aquí representa el orgullo y la identidad de cada edificio".
Las destilerías escocesas van más alla de una cadena de producción en la que los procesos se repiten una y otra vez. Se trata más bien de un viaje a los rincones del país, donde cada whisky adquiere una vida distinta de acuerdo con el río que lo toca, la nariz que lo prepara y las manos que lo embotellan. "Muchos visitantes piensan que verán sólo ciencia en estos lugares, pero salen con la idea de que acudieron a ver una obra de arte en la que caen por sí mismos todos los estereotipos del whisky escocés. No, no es una bebida sólo de hombres. No, no se trata de celebrar la edad. No, no sólo es whisky: es scotch. Sólo en una destilería puedes entender qué nos hace tan únicos y distintos", concluye Gunn.
El mundo detrás del scotch
1. La destilería Dalwhinnie es reconocida por la pureza de su agua de las montañas de los Highlands.
2. Los alambiques de cobre generan la capacidad de producción y son núcleo central de todo el proceso.
3. La creación del mosto es similar en todas las destilerías y es el punto de partida en la producción de cualquier scotch.
4. Stewart Adamson imparte catas de whisky en la destilería de Royal Lochnagar.
5. Las bodegas de las barricas son un lugar secreto para cada destilería.
6. La destilería Cardhu está abierta todo el año al público.
Descubre más sobre esa fascinante tierra que es Escocia en La Guía del Whisky Johnnie Walker que acompaña a la edición impresa de junio de Life and Style.
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