Tragos de autor: El Sonnie Boy
El caso de la estadounidense Carson McCullers demuestra, una vez más, que el genio creativo no suele venir acompañado de grandes dotes para la vida terrenal. Excepcional novelista centrada en explorar el aislamiento de colectivos inadaptados, el racismo, la homosexualidad y el adulterio, McCullers fue reconocida entre su círculo más íntimo por su aversión de legendarias proporciones a limpiar los trastes y mantener la cocina activa y decente. Y por inventar un curioso trago, mezcla de té y jerez, bautizado como Sonnie boy.
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Corría el año de 1940 cuando una ya divorciada McCullers se mudó a Brooklyn, concretamente al ruinoso número 7 de Middagh Street, junto a la poeta W.H. Auden, la dramaturga Jane Bowles y su marido Paul. Unidos dieron vida a una casa llena de inspiración y suciedad. Porque ¿acaso no es cierto que perder el tiempo en cosas tan banales como mantener el hogar decente y preparar una buena comida distraen del acto creativo? Eso parecía creer McCullers, ya que si algo ha pasado a la historia de aquella época es su afición por abandonar sartenes sucias —eso sí, remojándose— en el suelo de la cocina.
Su habilidad para cocinar también brillaba por su ausencia: sopa enlatada decorada con trozos de salchichas y un plato de papas eran su menú habitual. Una considerable mejora si tenemos en cuenta que cuando vivía con su marido se alimentaba a base de huevos, pan, leche y... ¡litros de jerez! Ése era su auténtico alimento, su auténtica pasión, que gustaba tomar mezclado con té y un chorrito de limón. ¿Quiénes somos nosotros para juzgarla? Es mejor preparar un caliente Sonnie boy y disfrutar de una placentera noche lluviosa de lectura para honrar a esta genial mujer.
Ingredientes
1/3 de taza de jérez
2/3 de taza de té de cítricos
1 rodaja de limón
Modo de preparación
Tras hervir el agua, se sirve en una taza y se deposita el té en su interior. Una vez que el té esté listo, se vierten dos tercios del mismo en otra taza y se rellena con un tercio de jerez. Para terminar, se añade una rodaja de limón que suaviza la dulzura del licor.