La región del Okavango, en Botsuana es un territorio que destaca por su geografía y rica biodiversidad. Sus más de 20,000 metros cuadrados albergan marismas, praderas, lagunas e islas resultado de sus inundaciones estacionales. El Delta del Okavango es el hogar de algunas de las especies animales más representativas de África: jirafas, leones, rinocerontes, cocodrilos, leopardos, búfalos y elefantes habitan esta región de Botsuana, convirtiéndola en uno de los destinos turísticos más importantes del continente, y declarada patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO.
Oris estrecha lazos con África y la aviación
Estas características motivaron a que en 2011, la doctora alemana Misha S. Kruck y el empresario suizo Christian Gross –apasionados de la conservación– se mudaran a este territorio. Al reubicarse en el Okavango rápidamente identificaron que la riqueza natural contrastaba con la escasa infraestructura médica. La geografía que permite su abundante biodiversidad, dificulta su conectividad y accesibilidad a servicios de salud. Buscando cambiar esto, Misha y Christian fundaron hace 10 años Okavango Air Rescue (O.A.R) una organización dedicada a proveer servicios médicos y de rescate. Lo que comenzó como una idea para atender emergencias y evacuaciones aéreas, hoy opera dos aviones Pilatus PC12, dos helicópteros Bell Jetranger 206 III, y un policlínico para ofrecer atención médica en una de las regiones más remotas de África. Buscando ser una organización independiente, sin afiliaciones gubernamentales ni tener que subsistir de donaciones, Okavango Air Rescue pide a cambio de sus servicios una contribución mínima de de 150 pula –aproximadamente 15 dólares estadounidenses– logrando ser asequible para la población local; y aceptando patrocinios significativos de turistas que están en posiciones económicas más privilegiadas.
Es en el delta del Okavango –y en la organización fundada por Christian y Misha– donde Oris encuentra la inspiración para su nueva pieza. Las influencias de ambos están presente en todos sus detalles. Al igual que todos los relojes Big Crown ProPilot de Oris, este nuevo lanzamiento cuenta con una caja robusta, números arábigos altamente legibles y una corona más grande de lo común, características que lo vuelven ideal para acompañar a pilotos en vuelo. La esfera, de color verde profundo que se hace más obscuro en los bordes, incorpora un patrón vertical que recuerda a los pastizales del Okavango siendo acariciados por el viendo, o vistos desde un avión. Otro detalle que remite a la aviación es el bisel de la caja en acero inoxidable con marcas diagonales que asemeja la turbina de una aeronave. En su reverso, se esconde uno de los componentes más significativos de esta pieza: un relieve de un avión de rescate sobrevolando el paisaje de Botsuana. Conmemorando el año de fundación el O.A.R, este reloj tiene un número limitado de de 2011 piezas, con un estuche de viaje que incluye dos correas intercambiables: una de textil verde y una de piel café.
Sin menospreciar la estética, funcionalidad y producción exquisita de la pieza, Christian y Misha reconocen que, en su contexto remoto en el corazón de África, la belleza de un reloj no tiene mucho significado. Sin embargo, el valor que genera la colaboración con Oris es un importante vehículo para promover la labor del Okavango Air Rescue en su búsqueda por un modelo de sustentabilidad para su futuro.
A miles de kilómetros de Botsuana, este reloj también adquiere un valor especial para el piloto mexicano Gabriel Wertman, quien a partir del lanzamiento de esta pieza se convierte en Amigo Oris. Gabriel, a pesar de ser financiero, encuentra en la aviación y el vuelo una gran pasión por llegar más lejos y alcanzar –a su manera– la independencia y libertad que caracteriza tanto a Oris como al equipo de rescate O.A.R. A través de sus redes sociales (@avionazzo), Gabriel publica contenidos sobre aviación de forma accesible y cercana, buscando compartir su pasión con los más jóvenes, especialmente en nuestro país. La aviación tiene un sitio privilegiado en la historia de Oris, pues desde 1917 producen modelos para pilotos y en 1938 incorporaron su modelo emblema Big Crown, especialmente pensado para poder ser manipulado fácilmente incluso cuando los pilotos utilicen guantes. Gabriel Werman, es ahora el primer piloto mexicano en ser amigo de Oris y al mismo tiempo el miembro más jóven de la marca relojera.