¿Sabes qué es un reloj regulador?
Quizás te llame la atención su carátula con dos subesferas y una larga manecilla al centro, esto tiene una razón. Cuando se comenzaron a diseñar los primeros relojes sus creadores necestiaban una referencia exacta del tiempo, en esa época – el siglo XVIII y XIX– se tomaba como símbolo de exactitud los minutos, a diferencia de hoy donde los segundos privilegian la precisión. Por ello en los talleres se montaban lo que se conoce como relojes reguladores donde se comprobaba la fiabilidad de las nuevas piezas. Esta antigua complicación se ha retomado por varias marcas, una de ellas es Tissot, quien trae este clásico con caja de acero de 39.3 mm, horas descentradas, minutos, segundos y fechas a las 9 horas. Así como una resistencia al agua de 30 metros.
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