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Trópico 2024: El gran regreso de la fiesta playera y la resiliencia de Acapulco

Esta edición 2024 no solo fue un evento musical, sino una celebración de resistencia, reconstrucción y el poder del arte para sanar.
lun 09 diciembre 2024 08:40 PM
Foto de Denisse Guerrero, vocalista de Belanova, con un saco rojo brillante y una diadema de manzanas.
Trópico volvió a Acapulco este 2024 y así fue el regreso del festival al puerto favorito de los mexicanos.

Un año después de enfrentar los estragos del huracán Otis que golpeó las costas de Acapulco, Trópico regresó con una energía renovada y un mensaje claro: la música y la comunidad siempre encuentran su camino de vuelta. Por eso, esta edición 2024 no solo fue un evento musical, sino una celebración de resistencia, reconstrucción y el poder del arte para sanar.

“Hacía falta volver a la playa para gozar la música como se debe. Es increíble el poder de Acapulco para regresar después del huracán. Hay que venir a apoyar todo el año”, dice Leslie, una de las asistentes a Trópico 2024.

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A ella, como parte del público, significó volver a la música en vivo en la calidez playera del puerto más famoso del país. Mientras que para Alberto, trabajador de la zona, tiene otro significado: “siempre se agradece el trabajo extra, uno se la pasa bien mientras haya para vivir”, asegura con una risa nerviosa.

Y es que este año, con una asistencia suficiente para llenar de vida el festival sin agobiar, Trópico pensó en todo y cada rincón tenía algo que ofrecer. Desde un lineup vibrante, hasta una organización impecable, la última edición fue, sin duda alguna, un recordatorio de que uno siempre vuelve a los lugares que lo hicieron feliz y que hay que retribuir a la comunidad toda la alegría que entrega.

Los momentos cumbre de Trópico 2024

Los escenarios del festival se encendieron con la mezcla de géneros que caracteriza a Trópico: desde reggaetón hasta electrónica sin olvidar el pop, el rock y la salsa.

Este año, Channel Tres llevó a Acapulco su sensual house y funk con un set hipnótico que hizo imposible quedarse quieto. Mientras que la DJ Avalon Emerson sorprendió con un viaje electrónico sofisticado, a la altura de una de las oleadas tecno más impactantes de la escena actual y, por supuesto, Buena Vista All Stars aportó una dosis de nostalgia y alegría, demostrando que la música cubanaes universal y la mejor para echar un baile lleno de arena. Su cierre con “El cuarto de tula” es uno de los momentos más memorables de la música, y es imposible no recordar a Ibrahim Ferrer, Eliades Ochoa, Ry Cooder y a Puntillita con esos sones cubanos que nadie ha podido igualar.

foto de  Buena Vista All Stars en concierto en Trópico 2024
Buena Vista All Stars cerró con "El cuarto de Tula".

En contraste, la presentación de Belanova fue un guiño pop para los más románticos, aunque también para aquellos que buscaban escuchar en vivo el himno tiktoker “Rosa Pastel”; por si fuera poco, los oriundos de Los Mochis interpretaron “Como la flor” de la reina del Texmex, Selena.

Dos eventos que no pueden pasar desapercibidos son la ausencia de Seth Troxler y Pachyman, además de que la comunicación por parte del festival fue escasa, por no decir nula.

La noche del sábado alcanzó su punto más álgido con HVOB, cuyo set convirtió la oscuridad en un trance electrónico hipnótico, transformando cada compás en parte de una narrativa sonora envolvente. La atmósfera invitaba a un baile colectivo que parecía suspender el tiempo.

foto de la dj HVOB en concierto
HVOB cerró la noche del sábado.

Para cerrar con broche de oro, Bufi aportó su toque electrolatino, encendiendo la pista y asegurándose de que nadie quedara indiferente ante su energía.

Por supuesto, hubo algo para todos los gustos. Desde el perreo desfachatado de Pablito Mix, hasta la frescura indie de Aili y la electrónica más densa y experimental de los tres DJs de Zombie Affair. Cada acto parecía encajar perfectamente con el ánimo del momento, permitiendo que los asistentes exploraran nuevos sonidos o se reencontraran con sus favoritos.

El domingo y como estelar, estuvo Helado Negro quien se encargó de envolvernos con sus texturas sonoras llenas de melancolía tropical, mucho baile y compromiso con el público, que poco a poco cayó bailando con la noche.

helado-negro-musica-tropico-acapulco-2024.jpg
Helado Negro cerró el domingo de Trópico 2024.

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Entre la música y la playa

El clima nocturno de Acapulco fue un aliado perfecto para disfrutar de los sets sin preocupaciones. Una brisa ligera y constante hacía que cualquier outfit fuera ideal, desde los más ligeros hasta los más llamativos, sin que nadie se sintiera fuera de lugar. Durante el día, aunque el sol mostraba su fuerza, se hacía llevadero gracias a las bebidas, la buena vibra y la emoción que generaban los actos esperados. Cada rincón del festival ofrecía una experiencia diferente, y no hubo espacio vacío de música, ya fuera en los escenarios principales o en los íntimos cuartos cerrados donde los sonidos envolvían a los asistentes como un secreto bien guardado.

La experiencia fue un recordatorio de que Trópico es mucho más que un festival: es una celebración multisensorial donde todo está pensado para que fluya. Sin filas interminables ni esperas agobiantes, el ambiente se sentía relajado y auténtico, donde la música dicta el ritmo de cada momento. Ya fuera bailando al aire libre bajo un cielo estrellado o dejándose llevar por los beats en un espacio cerrado, los asistentes se sumergieron en un flujo constante de sonidos, energía y comunidad. Trópico 2024 demostró que, con un poco de música y la magia de Acapulco, todo es posible.

joven de espalda con una playera que dice "Hecho en acapulco" en un fondo iluminado de rojo.
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La logística del festival destacó por su orden: desde los accesos hasta las áreas recreativas, siempre había algo para disfrutar mientras llegaba el siguiente momento épico.

La curaduría visual y el diseño del espacio fueron un elemento clave, pues las instalaciones ayudaban a perderse entre luces neón, texturas naturales y paisajes marinos. Las experiencias gastronómicas y culturales fueron un deleite en este festival, destacando no solo por la calidad de las propuestas, sino también por su arraigo local. Cada espacio, desde los escenarios hasta los rincones culinarios, respiraba una esencia inconfundiblemente acapulqueña. Entre los destellos de luces que adornaban las palmeras y el suave sonido del mar, el festival se transformó en una plataforma que exaltó las tradiciones de Guerrero.

Es increíble el poder de Acapulco para regresar después del huracán. Hay que venir a apoyar todo el año.
Leslie, asistente de Trópico 2024

La presencia de comida típica de festival y, por extraño que parezca, china, sumada a una atención excepcional, dejó claro que este evento no solo busca deslumbrar, sino también rendir homenaje a la gente de Acapulco, su cultura y a la unión de sus partes. Muchos de los participantes, tanto en la parte gastronómica como cultural, son oriundos del puerto, un gesto que habla del compromiso del festival con la comunidad local. Esta integración no sólo enriqueció la experiencia para los visitantes, sino que también ofreció un escaparate para que el trabajo guerrerense brillara en casa, consolidando el evento como un verdadero embajador de la identidad acapulqueña.

Trópico fue más que un festival; fue un recordatorio de la resiliencia de Acapulco y de la importancia de apoyar a una región que tanto ha dado a la música y al turismo. La experiencia no solo celebró los sonidos del trópico, sino la conexión entre personas, el mar y la cultura.

¿Lo mejor? La promesa de que, pase lo que pase, Trópico siempre encontrará la forma de volver y de reunirnos a todos para bailar bajo las estrellas.

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