'Serotonina', el incómodo y adictivo libro que debes leer
Hace falta un gran genio para consolidar toda una novela a partir de una sola idea. En Serotonina , a Michel Houellebecq le basta su primer capítulo para mostrarnos su texto entero.
En apenas unas páginas, el francés explica de qué va el resto del libro. Pero eso no significa que haya que parar la lectura ahí. Al contrario. Ese es apenas el anzuelo.
Florent-Claude Labroust es quien, con un nombre que odia, se presenta como narrador de esta historia. A sus 46 años, obsesivo y autodestructivo, este hombre contará sus diversas experiencias amorosas, todas ellas fallidas.
Y va a contar cómo hubo un tiempo en el que fue feliz, pleno amorosamente y estable en un trabajo . Pero no más. Ahora toma un antidepresivo de nueva generación que afecta sus neurotransmisores con efectos secundarios: nauseas y desaparición de la líbido.
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Le cuestan las relaciones afectivas y se ve en constante bombardeo de sus propias reflexiones. ¿Qué puede llevar a un hombre a renunciar a su trabajo y a su actual pareja y desaparecer de ello para vagar por París ?
Lo que teje el autor alrededor de esta serie de anécdotas amorosas son tantas otras cosas de importancia, como la situación de los ganaderos franceses y productores locales ante la globalización, espacialmente en Normanía. Desde aquí se ve la caída de la Unión Europea y la crisis gala.
En estas páginas, hay insatisfacción personal, la soledad tan cruda, la orfandad, las equivocaciones amorosas. Hay también una importante referencia a la pedofilia y explotación sexual que, al ser narrada entre el thriller y sutileza, se vuelve más escabrosa.
Por su parte, al perder el apetito sexual, el protagonista se devela sobre este sentido a través de sus recuerdos y de las prácticas con sus parejas. Cuenta, por ejemplo, que descubrió videos , en los que su última pareja aparece en pleno acto sexual con varios hombres.
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Ya antes, en Las Partículas Elementales (1998), le habíamos leído toda esa sexualidad desbordada a través de los hermanos, pero el autor parece ahora aún más cínico.
No es casualidad que toda la fascinación que el mundo editorial siente por Houellebecq se avive con este libro editado por Anagrama y actualmente en punto de venta. Es esta una novela adictiva que, en su incomodidad, uno va descubriendo sus propios demonios.