Las 6 prácticas sexuales más peligrosas del mundo
El sexo es tan satisfactorio que la mayoría de las veces nos dejamos llevar en los encuentros sin buscarle lógica a nada. Sientes la euforia, pruebas, terminas, pero ¡quieres más! Y todos a favor de que te conviertas en conejillo de Indias en la cama, pero experimentar sin ningún conocimiento previo, puede provocar que la experiencia sea algo desagradable o alguno termine en una sala de urgencias.
Si eres de quienes gustan de ese tipo de prácticas en las que el límite es la imaginación, te sugerimos revisar estos seis percances comunes para que, antes de asumir que eres un experto, te documentes bien y sepas cómo y hasta dónde.
Práctica: Penetración brusca y descuidada
Riesgo: Fractura del pene
El pene es un órgano sin hueso, así que debes tener cuidado a la hora del sexo rudo . Imagina la escena: ella encima y tu pene erecto; la fuerza del intercambio y el nivel de adrenalina les impiden notar que la posición es incorrecta, hasta que de pronto sientes un tronido y un dolor escalofriante.
No te asustes, “tu amigo del alma” se recuperará, aunque no podrás tener relaciones por un rato. Sólo en ciertas ocasiones tienen que entablillar el órgano para ayudarlo a rehabilitar y, sí se han documentado casos en los que estas rupturas tienen secuelas de por vida, pero son excepcionales.
Práctica: Cunnilingus
Riesgo: Infecciones vaginales por levaduras y embolias gaseosas
El cunnilingus es una práctica sexual que consiste en la estimulación de los órganos genitales femeninos utilizando la boca, una zona que, si no se tiene la higiene adecuada, puede causar infecciones vaginales por levaduras.
Esta actividad también resulta peligrosa si se sopla mucho aire dentro de la vagina porque genera burbujas que penetran en la circulación sanguínea y pueden causar una obstrucción en los vasos arteriales que puede ser mortal.
Práctica: Sexo anal
Riesgo: Desgarre
No todas las parejas se atreven a tener sexo anal; sin embargo, para quienes lo practican, es necesario saber que el ano es una zona extremadamente sensible y, al realizarlo de forma tosca y sin lubricantes se puede herir el recto.
El daño puede causar desde un desgarre hasta una herida profunda, todo depende de la fuerza de la penetración. Ésta es una de esas prácticas que primero debes platicar con tu pareja para que haya un acuerdo mutuo y, así, tanto la penetración como la velocidad sean placenteros para ambos.
Práctica: Sexo sin buena lubricación
Riesgo: Coitalgia o dispareunia
Asegúrate de que antes de la penetración el cuerpo de ambos esté listo, ya que de lo contrario, alguno de los dos tendrá un dolor genital durante o después del coito.
El dolor por lo general ocurre con la penetración profunda y puede ser más pronunciado con ciertas posiciones. Además, esta irritación puede llegar, incluso, a una infección en las vías urinarias.
Práctica: Hipoxifilia
Riesgo: Asfixia
Aunque a muchos les causa miedo esta práctica, la hipoxifilia logra la excitación y el éxtasis sexual al impedir el paso del oxígeno al cerebro; por ello, causa un placer único que potencializa el orgasmo cuando se sabe usar bien.
La asfixia erótica consiste en el autoahorcamiento, la estrangulación o la sofocación por medio de bolsas plásticas o máscaras que restringen los movimientos respiratorios, todo mientras ocurre la penetración. Eres libre de practicarla, siempre que exista un código entre tu pareja y tú para que se detenga el acto cuando éste ya no sea satisfactorio, sino peligroso.
Práctica: Sexo rudo
Riesgo: Raspones y quemaduras
Quienes no se hayan raspado o quemado las rodillas, lo ha hecho muy mal, porque, como dijo Newton en una de sus leyes, “la fricción es la resistencia al movimiento que se da entre dos superficies de contacto”, y hay posiciones que facilitan que ocurra este percance.
Incluso tus propios órganos sexuales pueden sufrir leves irritaciones, si no tuviste la precaución de utilizar lubricantes artificiales cuando pasaste demasiado tiempo jugando a ser una “máquina sexual”.