¿Por qué China quiere comerciar con México?
En 2011, por medio de su red social favorita, Twitter, Donald Trump escribió: “China es nuestro enemigo, ellos nos quieren destruir”. Cinco años después, el multimillonario sería electo presidente de los Estados Unidos y llevaría esa idea de que China es el enemigo a la Casa Blanca.
A los chinos los ha tachado de tramposos, de crear el concepto de calentamiento global para hacer la manufactura estadounidense no competitiva, de comprarle petróleo ilegalmente a Irán (otro de sus enemigos). China es el México de Asia para Donald Trump, pero lejos de temerle al gigante estadounidense, esta nación está apostando por un frente común en el ámbito comercial contra Estados Unidos.
Esta es una de las mayores razones por las que el país asiático tiene los ojos puestos en México, ambos países han sufrido amenazas e insultos por parte del ahora presidente y por ello China quiere hacer equipo con nosotros.
En 2013 se firmó uno de los primeros acuerdos comerciales de los últimos años, el llamado “Pacto del tequila”, que consolidaba el intercambio comercial de la bebida nacional mexicana. Ahí Peña Nieto y su homólogo Xin Jinping se comprometieron a dejar atrás las diferencias del pasado, principalmente la campaña de desprestigio de productos chinos en México –que inició el gobierno mexicano durante la década de los 90– y la denuncia que interpuso México contra China ante la Organización Mundial de Comercio por daños al sector textil mexicano por la competencia desleal de los chinos.
Era el primer avistamiento de un futuro de acuerdos. China prometió que invertiría en México, sobre todo en infraestructura, energía y minería. Peña Nieto lo llamó una nueva “hermandad”. Atrás quedaban los rencores, como aquel de 2009 en el que China puso en cuarentena a sus residentes mexicanos por considerarlos portadores de gripe A.
Pero esos acuerdos se fortalecieron cuando llegó Trump a Estados Unidos, China se quitó de la mente la posibilidad de importar más productos a ese país, luego de las amenazas del mandatario estadounidense y volvió a ver a México como un país al que tenía que perdonar si quería expandir su poder comercial.
Así comenzaron los halagos a nuestro país y en diciembre del año pasado, luego de las amenazas de Trump de abandonar el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (que dejó en enero) y replantear el Tratado de Libre Comercio del Norte, el embajador de México en China, Qiu Xiaoqi, dijo que su país estaba dispuesto a promover un libre comercio en todo el mundo y que con la nación mexicana “la cooperación va a fortalecerse mucho”.
También dijo que ante las amenazas de Trump, México tendría en ellos un aliado y que estrecharían la cooperación en los campos político, económico, comercial científico y tecnológico. México, según lo explicó, es ahora su socio estratégico en la región.
Esta es la oportunidad que México tiene para expandir su comercio exterior, pero China es un país de cuidado, pues antes de promover estas relaciones hizo un análisis de los beneficios que obtendrá en el intercambio de mercado, lo cual deja ver que el saldo para ellos es positivo.
Además del tequila, México recibió este mes –por primera vez en su historia– a la mayor feria de productores chinos, China Home Life 2017 en Expo Santa Fe. Ahí, decenas de fabricantes del país asiático ofrecieron productos para generar acuerdos comerciales con empresarios mexicanos. Así que seguramente, en los próximos años, estaremos viendo el doble de cosas fabricadas en China en los comercios mexicanos, pero también en áreas de mayor alcance, como el sector automotriz, teléfonos y redes inalámbricas, minería y petróleo.