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La supuesta amante de Porfirio Díaz con la que la historia se equivocó

El controversial presidente mexicano respetó a Juana Catalina Romero como a ninguna otra mujer por su inteligencia.
mié 29 marzo 2017 08:21 AM
Porfirio Díaz
Porfirio Díaz México

¿Amante de Porfirio Díaz, vendedora de cigarros, bruja o empresaria? Si se trata de Juana Catalina Romero –también conocida como Juana Cata– los mitos difíciles de comprobar abundan y más de un especialista considera que con esta mujer la historia se equivocó.

“Las relaciones del general con las mujeres eran un enigma para sus contemporáneos”, explica el catedrático mexicano y especialista en la época porfiriana, Carlos Tello Díaz en su libro El exilio, un relato de familia (1993).

La leyenda del romance entre Juana Catalina y Porfirio Díaz surgió en la Revolución Mexicana. Una teoría es que los adversarios políticos de Juana Cata, la convirtieron en amante del dictador para desprestigiarla porque era una mujer muy poderosa en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

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Una mujer con porte, poder y muy adelanta a su época

La figura de Juana Catalina Romero sigue siendo poderosa, tanto que en el 2015 el Congreso de Oaxaca la nombró “Benefactora de Tehuantepec”. Su legado histórico es grande porque fue una mujer zapoteca de origen humilde que no solo logró superar las adversidades económicas y sociales de su época, sino que se convirtió en la máxima autoridad política de Tehuantepec.

Eso sí, jamás pasó desapercibida y la historia guarda evidencias de que era una mujer que destacaba entre el resto.

Porfirio Díaz
México

Cerca de 1861, el francés Charles Etienne Brasseur (conocido por sus trabajos en arqueología, etnología e historia prehispánica) realizó una descripción inspirada en Juana Cata y otras mujeres de la región que explica por qué el mito de su romance con Díaz tuvo tanta fuerza:

“Era una india zapoteca, con la piel bronceada, joven, esbelta, elegante y tan bella que encantaba los corazones de los blancos, como en otros tiempos la amante de Cortés. (…) La primera vez que la vi quedé tan impresionado por su aire soberbio y orgulloso, por su riquísimo traje indígena, tan parecido a aquel con que los pintores representan a Isis, que creí ver a esta diosa egipcia o a Cleopatra en persona. Lo repito, jamás he visto una imagen más impresionante de Isis o de Cleopatra”.

En esa fecha, Juana Cata apenas tenía 21 años y para sobrevivir vendía cigarros a las tropas. Además, también era curandera y tenía conocimientos sobre hierbas, sortilegios y brebajes por lo que más de uno la acusó de ser bruja.

¿Amante de Porfirio Díaz o aliada política?

A pesar de su origen humilde Juana Cata era una joven bien conectada en la región y muy respetada entre la comunidad indígena por sus dones como comerciante y curandera. Por esto, cuando la Guerra de Reforma alcanzó a Tehuantepec y conoció a Porfirio Díaz, ésta la convirtió en su informante secreta y así se hicieron amigos cercanos.

Cuando el dictador llegó al poder siguió apoyando económicamente a Tehuantepec y a Juana Catalina. Tanto que para 1876 ella ya era la comerciante más importante del Istmo y tenía negocios en Veracruz y la Ciudad de México.

En su libro Porfirio Díaz: Su vida y su tiempo. La guerra 1830-1867, Carlos Tello concluye que nunca se descubrieron cartas de amor entre ambos y quizá el romance fue un rumor político para acabar con el poder de una mujer tan cercana al dictador. Además, ella nunca se casó y dedicó su vida al trabajo y labores sociales por lo que se sospecha que romántica no era.

“No es posible saber con certeza si fueron o no fueron amantes. Pero no importa, no demasiado. Porque Juana Cata trascendió en la vida de Díaz como aliada y como espía, no como amante”, concluye Tello.

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