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Carlos Rivera y sus Ducati

El flamante protagonista de El Rey León combina moda y motor en esta sesión
mar 18 agosto 2015 02:29 AM
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Fotos de Anairam y estilismo de Alfonso Luna - (Foto: Fotos de Anairam y estilismo de Alfonso Luna)

Antes de que caiga el amanecer, recorremos varios kilómetros hasta llegar a un vasto terreno rociado de rastros de lluvia. Yace escondido entre parajes de la Marquesa, a poca distancia del Valle del conejo.

Una hilera de titánicos pinos rodea el lugar: son testigos de un frío que araña apenas los cuatro grados de temperatura. El gélido viento cala cada hueso, pero se dice por ahí que los primeros rayos de sol traen consigo la luz perfecta para comenzar a disparar las cámaras.

El blanco de la sesión es Carlos Rivera, actor de teatro que personifica al protagonista Simba en el montaje mexicano de El Rey León. No es cualquier cosa: esta obra tiene la misma producción de la que se ha presentado durante años en Broadway con taquilla agotada, así como la versión española que también renovó las marquesinas en Madrid. De hecho, Carlos estuvo varios años fuera de México porque también protagonizó esa versión de la puesta en escena de Disney .

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No tarda en llegar una amplia camioneta cargada de cuatro espectaculares motocicletas Ducati, que van de lo choper a lo deportivo en tonos rojinegros. Forman parte del catálogo de DLG Moto Art , la mejor tienda de motocicletas de la Ciudad de México. Pocos vehículos representan la libertad como estas motos, así que resultan el complemento perfecto en esta sesión con un actor que camina libre por la vida.

Playera, G-Star Raw.
Chamarra, Pepe Jeans.
Cinturón, H&M.
Jeans, Calvin Klein.
Motocicleta, Hypermotard SP de Ducati.

Apenas el cielo se aclara, Rivera ya está arropado con el primer vestuario y montado en el asiento de una Hypermotard SP. No en vano eligió este modelo: entre otros detalles, se puede ajustar la suspensión para pasar del modo ciudad al deportivo e, incluso, utilizarla en caminos sinuosos.   

Conforme la luz se filtra entre las ramas de los árboles, los retratos del mexicano van tomando forma. El tiempo es el enemigo, pues hay que evitar a toda costa que el sol suba demasiado y arruine una buena foto.

Llega otra moto y otro cambio. Es turno de la Diavel, un monstruo de la carretera que penetra el viento como mantequilla gracias a su diseño aerodinámico y a la buena parte de su chasis construido en carbono que le da tanta fuerza como ligereza. La forma muscular de esta motocicleta encaja con los accesorios que viste Carlos, como los relojes Tudor que, además, tienen una asociación con Ducati. Ambas marcas no sólo comparten valores y un enfoque estilístico común, sino que esta colaboración ha dado como resultado modelos de edición limitada. 

Camisa, Lacoste.
Chamarra, Calvin Klein.
Jeans, Scotch & Soda.
Botas, Dr. Martens.
Reloj,
Tudor Heritage Chrono Blue con correa de tejido.

Motocicleta, Diavel de Ducati.

Más cambios de ropa y de motocicleta. Llega un espectacular Ducati de la línea Monster que quita a todos el aliento. Carlos decide prenderla por el puro placer de escuchar su motor. Debemos apurarnos: para la última toma con el vestuario final ya no existe refugio ante un sol rutilante. La baja temperatura ya sólo es recuerdo de las fotografías culminadas. La sesión ha sido un éxito.

Playera, G-Star Raw.
Chaleco, Levi's.
Chamarra, Adolfo Dominguez.
Lentes, Lacoste.
Motocicleta, Monster de Ducati.

Leer: Tu moto, tu estilo

Casi dan las 10 de la mañana y por fin podemos sentarnos a charlar con Carlos Rivera en un asiento de troncos húmedos. Queda claro que su rutina diaria no se relaciona con bosques helados ni escenarios donde apenas hay unas cuantas personas. Todo lo contrario: cada mañana se levanta, prende el televisor y se hipnotiza, capítulo tras capítulo, con alguna serie. Estos días, confiesa, lo tienen bastante atado a la tercera temporada de House of Cards. Llega el momento de ir al gimnasio para mantenerse en forma y regresa a su departamento. Admite disfrutar mucho de esa soledad, tan ajena a un teatro Telcel de boletos agotados que presencia ocho funciones a la semana. Nos da la buena noticia de que estará en cartelera durante una buena temporada.

El originario de Tlaxcala probó las tablas del teatro musical hace cinco años, cuando fue invitado por Morris Gilbert, uno de los todopoderosos del teatro en México, a participar en la recta final de la última temporada del musical Bésame mucho. Aceptó la propuesta a pesar de su escasa formación teatral, pues su carrera hasta aquel entonces conducía por la vereda musical. Sin embargo, esa obra fue, para él, algo similar a experimentar "una droga benigna que lo atrapó profundamente", a partir de la primera vez que escuchó la reacción, la emoción y el cuchicheo del público en vivo.

Camisa, Pepe Jeans.
Chamarra, Calvin Klein.
Lentes, Emporio Armani.
Reloj, Tudor Fastrider Black Shield con brazalete beige alcantara.

Así fue como se fajó los pantalones y decidió audicionar para el papel de Simba en España. No sólo recibió numerosas ovaciones de pie una noche sí y la otra también, sino que alcanzó en Madrid las 700 representaciones. Nada mal para alguien con su carrera puesta en otra dirección. En el ínter, estudió con el dramaturgo John Strasberg, del que aprendió a vivir al personaje, a prestarle su espíritu y emoción para contar historias.

Los llenos totales en Madrid marcaron el camino de regreso a México. Para él, no hay nada más grande en este país que protagonizar El Rey León. Y en su caso, parece como si el papel del cachorro que se convierte en sucesor de su padre le estuviera destinado desde la infancia. Él mismo establece las similitudes: el primer disco que se compró con su dinero fue una mezcla de canciones de El Rey León en karaoke. Más adelante, ganó un reality musical que lo lanzó a la fama con una versión en español de Can You Feel the Love Tonight, la pegajosa balada que compuso Elton John para el clásico de Disney. Dejó su país para ir a España y regresó triunfante.

El campo abierto en el que ese día nos encontramos lo hace sentir más que nunca como el rey león. Conforme pasaron los años, acepta que el teatro le dotó de una evolución tanto histriónica como personal. Entonces, y para finalizar, me comenta que "sólo los que aman hacer teatro saben que la satisfacción personal es más grande que la retribución económica".

Sudadera, Trista Homme.
Gabardina, Lacoste.
Reloj, Tudor Fastrider Black Shield con brazalete de caucho.

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