La casa de modas Moschino es acusada de copiar un grafiti
El vestido de Katy Perry en la Gala del Met durante mayo hizo que la estrella del pop ocupara un puesto en la lista de las peor vestidas. Ahora, esa polémica prenda podría enviar a su creador a un tribunal de Los Ángeles.
Una demanda presentada esta semana en un tribunal federal de California afirma que el diseñador Jeremy Scott y su casa de modas, Moschino, copió el trabajo a Rime, un artista de grafiti de Brooklyn.
Los abogados de Rime identifican al artista callejero como Joseph Tierney y señalan en la demanda que el trabajo fue copiado de forma íntegra, presentando como pruebas una foto de Perry posando y una del mural pintado en Detroit.
Los colores, las curvas de los patrones, un par de ojos animados y los diseños reflejan el trabajo de Tierney puesto en el vestido, según la demanda.
"No solo fue su arte explotado por los acusados, también su credibilidad como artista de grafiti se vio comprometida al haber sido incluido en un ardid publicitario tan burdo y comercial", se lee en la demanda.
La aparición en el evento, la cual según la demanda incluyó la llegada de un Rolls Royce pintado y latas de pintura falsas con la marca de Moschino, fue un ardid publicitario para la compañía de moda con sede en Milán, lo que dio lugar a un aumento del 16% en los ingresos de la empresa para el primer semestre del año.
Para Tierney, el episodio afectó la reputación del artista callejero y lo dejó "abierto por completo a acusaciones de haberse vendido".
Los abogados de Tierney añadieron que él siempre ha elegido cuidadosamente sus proyectos comerciales, los cuales han incluido un rediseño a Mickey Mouse y encargos hechos por Adidas y Converse.
En una declaración, Moschino cuestionó las afirmaciones hechas en la demanda.
"Muchas de las acusaciones, especialmente las acusaciones incendiarias e infundadas respecto a que se cometió una infracción, son falsas", dijo la compañía. "Nuestra intención es defendernos vigorosamente en la demanda".
El mural que es objeto de la acusación es Vandal Eyes, fue creado en 2012 en un edificio en Detroit a petición del dueño de la propiedad y está sujeto a derechos de autor como una obra original, "concretada en un medio tangible de expresión", afirma la demanda.