Históricamente, los Juegos Olímpicos han sido la oportunidad para que el país anfitrión, se muestre al mundo, no solo en términos deportivos sino como sociedad. Es así como la arquitectura de los recintos deportivos, dan muestra espacial y material de los intereses, valores, y capacidades –económicas, tecnológicas, constructivas– de la nación sede. Tokio 2020, no ha sido la excepción. Estas olimpiadas han buscado sentar un precedente en términos de sostenibilidad y en este espíritu se contempló la reutilización y adaptación de estructuras preexistentes, entre las que se encuentran los estadios construidos para la justa olímpica de 1964 . Siendo Japón un referente global en términos de arquitectura, los estadios de estos juegos aspiran a convertirse en referentes arquitectónicos, a pesar de que sus gradas han estado prácticamente vacías durante esta edición.
Las maravillas arquitectónicas que recordaremos de los Olímpicos de Tokio 2020
Estadio Nacional de Japón - Kengo Kuma, 2019
Aunque la arquitecta inglesa-iraquí Zaha Hadid, resultara ganadora del concurso internacional para diseñar la sede principal de Tokio 2020, el nuevo Estadio Nacional de Japón es obra de Kengo Kuma, tras la polémica decisión de cancelar el proyecto de Hadid por rebasar considerablemente el presupuesto destinado para el estadio. El edificio, construido en un tiempo récord de 36 meses, tiene una estructura a base de concreto armado y acero con una cubierta que combina acero y armaduras de madera. El diseño de Kuma, integra vegetación en la fachada e incorpora alerones recubiertos de cedro, que referencian la arquitectura tradicional japonesa, dan sombra y permiten la ventilación natural. La sostenibilidad se integra mediante paneles solares que cubren el techo para generar la electricidad del recinto así como un sistema de recolección de agua pluvial ligado al sistema de riego.
Gimnasio Nacional Yoyogi - Kenzo Tangue, 1964
En 1987, cuando Kenzo Tange recibió el Premio Pritzker, el jurado del galardón más importante de arquitectura a nivel mundial describió el Gimnasio Nacional Yoyogi como uno de los edificios más bellos del siglo XX. Más de tres décadas después, la observación del jurado parece no perder vigencia. El diseño de Tange celebraba la arquitectura tradicional japonesa, generando una cubierta que de forma abstracta remite a las pagodas tradicionales, empleando una solución estructural y constructiva que no dejan de emocionar a pesar del paso del tiempo. Construido originalmente como el Centro Acuático de Tokio 1964, el Gimnasio Nacional Yoyogi alberga para estos juegos los eventos de balonmano, bádminton y rugby paralímpico; recordándonos que –a veces– la atemporalidad no es sólo una aspiración de la arquitectura.
Gimnasio Metropolitano de Tokio - Fumihiko Maki 1954, 1991
Fumihiko Maki, otro arquitecto japonés que ha ganado el Pritzker, recibió la comisión de diseñar la sede para el Campeonato Mundial de Lucha Libre en 1954. Su respuesta fue el Gimnasio Metropolitano de Tokio, un complejo deportivo compuesto por tres volúmenes principales, con cubiertas propositivas que ocupan una plaza pública. Los tres edificios: la arena principal, la sub-arena y la alberca techada, contrastan formalmente pero dialogan entre sí. La variedad de lenguajes y geometrías que se integran en el conjunto, resulta una acertada consideración para la escala humana y la experiencia de los visitantes, enfatizada por el diseño de los espacios exteriores que permiten que funcione como un espacio público. Tras albergar las competencias de gimnasia en Tokio 64, y una remodelación en 1991 orquestada por el mismo Fumihiko Maki, es la sede para los eventos de tenis de mesa durante Tokio 2020.
Foro Internacional de Tokio - Rafael Viñoly Architects, 1996
Rafael Viñoly –uruguayo de nacimiento y neoyorquino por decisión– es responsable de este edificio, muchas veces descrito como una de las estructuras más arraigadas construidas en Japón. Incluso, tres años antes de haberse concluido su construcción, el MoMA de Nueva York organizó una exhibición centrada en el diseño de esta obra de Viñoly, que ya se perfilaba como uno de los grandes proyectos de finales del siglo XX. La ligera estructura de vidrio busca ser un refugio público; en su interior los visitantes pueden resguardarse del agitado ritmo de la zona central de Tokio. El complejo alberga teatros, centros de congresos, salas de exposiciones y plazas en la parte superior. Por los niveles subterráneos corren una serie de túneles y pasajes peatonales, conectados al transporte público local y regional, que convergen en la sala de exhibición central. El Foro Internacional de Tokio es la sede de los eventos de halterofilia de Tokio 2020.
Centro Acuático de Tokio - Tange Associates and Yamashita Sekkei, 2020
Las duplas padre e hijo no son extrañas en la arquitectura. Que padre y un hijo diseñen centros acuáticos para Juegos Olímpicos, si lo es. 57 años después de que Kenzo Tange concluyera el icónico Gimnasio Nacional Yoyogi, su hijo, Paul Noritaka Tange, repite la hazaña a sus 64 años. Siguiendo los principios de su padre, el diseño de Tange hijo busca responder a los intereses y desafíos contemporáneos. La forma en la que ambos recintos ordenan los asientos de los espectadores, promueve que se vean entre sí para detonar el entusiasmo entre los asistentes y contagiarlo a los nadadores. Sin embargo, por las medidas de salud implementadas en las olimpiadas de este año, las gradas de este y el resto de los estadios de Tokio, están casi vacías. Si el centro acuático de Tokio 64 se distingue por su ingeniería, desarrollo estructural y elegancia geométrica, el Centro Acuático de Tokio 2020 busca destacar por su acercamiento a la sostenibilidad integrando paneles solares para calentar los 10 carriles de nado y la fosa de clavados.