Distinción en naranja caramelo
Dentro del gran hemisferio de esta emblemática bebida aparece en el radar Woodford Reserve, que sobresale por ser el bourbon whiskey que identifica a esta bebida americana.
Con una historia que nace a mediados de 1800 por la visión de Oscar Pepper —un destilero local de Llouisville, Kentucky— con la ayuda de James Christopher Crow —maestro destilador escocés—, quienes con la intención de crear un whiskey americano de gran calidad, redefinieron la manera de elaborar el whiskey con un proceso especial en el porcentaje de granos, el mosto ácido y tipo de barricas para la destilación.
El conocimiento del bourbon implica saber que el primer contacto con esta “bebida de reyes” es el color naranja caramelo, una característica que denota un añejamiento de calidad. La experiencia aromática que se detecta es intensamente frutal, a manzana, cereza y durazno horneado, dulcificados con un toque de miel maple y caramelo.
Al final, un buen bourbon habla de tradición, de trabajo artesanal y exclusividad. Reconocer cuál es realmente un gran bourbon y disfrutarlo requiere de cuatro pasos:
1. Observar el color.
2. Percibir el aroma: hay que acercarlo a la nariz con los labios abiertos para evitar inhalar más alcohol y saturar el olfato.
3. El primer trago debe quedar en la lengua: después darle vueltas en toda la boca para apreciarlo.
4. Evaluar el gusto que provocó en el paladar.
Woodford Reserve atrae las miradas gracias a su botella transparente, que muestra el cuerpo dorado de su bebida, siendo una corona de distinción que lo etiqueta como un bourbon whiskey único en su clase.
No hay que juzgar una bebida sin probarla. El placer al paladar es la sensación que habla de un buen whiskey bourbon, elaborado con tiempo, paciencia y un toque artesanal. Ahora, ya sabes que Woodford Reserve puede ser tu favorito.