Por qué la creatividad de un cocinero es única
Hoy si vengo grumpy, y con ganas de repelarle al comensal. Al comensal que no aprecia el trabajo de un cocinero por crear y que sólo se limita a llegar a un restaurante a pagar por sus gramos de filete, así, sin más.
¿Dónde queda la preparación? ¿Dónde quedan las horas de cocción?, la creatividad del cocinero, la capacidad de sorprenderte, el maridaje perfecto, el buscarle acompañamientos que vuelvan el platillo memorable.
El mesero que te lo explica, te lo antoja y te lo sirve a la perfecta temperatura y se asegura que lo preparen todo al momento para ti, incluso evitando cualquier cosa que te pueda causar alergia o que no te de la gana comer. ¿Dónde queda todo eso?
A veces, sólo a veces, platicando con grandes cocineros de algunas ciudades de nuestro querido México, me toca escuchar cómo sufren a este comensal, que no premia 80% de lo que ellos hacen y sólo quiere pagar por kilos de ingrediente (como si fuera central de abastos, o el súper).
El tema con esta forma de ver la comida, particularmente en alta cocina, es que castiga gravemente la capacidad de crear y explorar de un cocinero, el cual acaba a veces cediendo a los deseos un poco obstinados de su comensal con un pedazote de carne a la parrilla y puré de papa, o, eventualmente, cerrando su restaurante.
La invitación de hoy a todos ustedes que amablemente me leen semana con semana es que se atrevan a probar algo nuevo, déjense sorprender por el chef, exploren sabores, texturas y experiencias, y sí, que las paguen.
A veces, cierto, se pueden decepcionar –si a mi me sirven un menú de 4 tiempos de puras espumas y esferificaciones también me pondría furioso- pero muchas otras se van a dar la oportunidad de su vida de tener una comida fuera de serie.
Anímense y ayúdennos a que lo mejor de la creatividad de los cocineros pueda ver la luz.
Nos vemos a la próxima, o ¡comamos!
El FoodSpy
