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La historia de México en JO contada por 10 grandes protagonistas (Parte 2)

116 años de historia deportiva, 62 medallas de gloria y un himno nacional que se ha escuchado en 13 ocasiones
mié 10 agosto 2016 11:49 AM
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Getty Images - (Foto: Getty Images)

Elegir el gran momento histórico de México en los Juegos Olímpicos es tarea de sus protagonistas. Hoy, nos acercamos a deportistas y entrenadores que han cambiado la historia de nuestro país para conocer qué implica pelear por escuchar el himno nacional en el podio y tener una medalla olímpica en el pecho. y también Para entender en que momento de la historia, las olimpiadas transformaron sus vidas.

1. Germán Sánchez 

Recuerdo que cuando Fernando Platas compitió en Sidney, donde ganó la medalla de plata, le decía a mi papá: "¿Por qué no vemos algo más divertido?” Pero en Atenas ya le entendía y a los siguientes juegos ya estaba compitiendo. Algo que nunca se me va a olvidar fue cuando iba de camino a la alberca de Beijing 2008. Muchos me preguntaban si estaba nervioso y yo respondía que no, que sólo quería disfrutar. Después, sólo me acuerdo que teníamos segura una medalla Iván y yo, y que las emociones venían una tras otra y sin parar.

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2. Belem Guerrero

Al ver al oso Misha, mascota de Moscú 1980, empecé a soñar con ir a unos Juegos Olímpicos, pero mi gran recuerdo es una charla con mi entrenador: "Todas las competidoras han preparado esta competencia igual que tú. Aquí se demuestra quién tiene hambre de ganar una medalla". Ésas fueron las palabras que mi entrenador, Óscar Echavarría, me dijo antes de arrancar la competencia y que marcaron mi vida. Cuando gané la medalla de plata sentí el reflejo de lo que entregué, un momento que no cambiaría jamás.

 

 

3. Ana Guevara

Tengo muchos recuerdos, pero la medalla en Atenas fue un momento muy emotivo, más por las circunstancias que se dieron durante mi participación en los juegos Olímpicos, con la lesión y por todo lo que pasó. Fue como ver una película en retroceso de todo lo que fue mi vida deportiva para llegar ahí. Tenía sentimientos encontrados por no tener el oro, por ser plata, por todo lo que pasó, pero nunca deja de ser parte de la historia. La primera ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos siempre te deja con una marca porque es el inicio de estar ahí y para mí la ceremonia de Sídney fue muy importante, emblemática. El encendido del pebetero es muy impactante y lo llevas siempre en tu memoria.

Ahora, de los primeros Juegos Olímpicos que tengo recuerdos claros son de Los Ángeles 1984, ya que por vivir en la frontera pues por supuesto fueron muy publicitados y muy comentados. Recuerdo esos juegos viéndolos con mi padre y él me decía que en esa competencia participaban los mejores del mundo. Vimos una competencia de Carl Lewis y después, una de Greg Louganis. También recuerdo las medallas de Ernesto Canto y Raúl González. En esos juegos estaba en una edad de más conciencia de lo que implicaba esto. Después de esos juegos vino el Mundial de Futbol 86, vino la mejor época deportiva de Fernando Valenzuela y el inicio de la carrera de Julio César Chávez.  La gran influencia deportiva de esa década fue una combinación de querer subir al podio, de querer estar en unos juegos olímpicos. Ser medallista olímpica es una gran satisfacción. Es la consolidación de todo deportista, de culminar con una medalla y poder escribir tu nombre en la historia.

 

 

4. Enriqueta Basilio

Mi gran momento fue encender el pebetero, en 1968. Iba bloqueada porque me daban miedo los escalones del Estadio Olímpico Universitario. Al poner el pie en el primer peldaño ya no supe de mí, no oí ni vi nada. Una anécdota es que no me dieron uniforme para salir en la inauguración de los juegos. Había un uniforme especial para los portadores de antorcha desde que salieron de Grecia. Me dieron una camiseta de esas, pero al lavarla se despintó y después se les olvidó darme un uniforme adecuado y me puse lo mejor que encontré.

 

 

5. David Mier y Terán 

Curiosamente mi mejor momento olímpico lo viví en Beijing 2008, mis terceros Juegos Olímpicos. Es la competencia en la que mejor me encontraba físicamente y de no haber tenido la lesión, definitivamente hubiera estado en la regata de las medallas. Dos días antes de la competencia estaba nadando, que no era parte de mi entrenamiento, y en mi última brazada se me dislocó el hombro. El dolor fue horrible, los gritos y el llanto... la frustración. Quedé en el lugar 17, pero las lecciones que me dejó esa competencia quedaron para siempre.

Leer: La historia de México en JO contada por 10 grandes protagonistas

6. Fernando Platas

Los podios olímpicos de Ernesto Canto y Raúl González, en Los Ángeles 1984, y el de Jesús Mena, en Seúl 1988 fueron momentos importantes en mi vida. Conocer a esas leyendas me marcó. Recuerdo que en el Comité Olímpico Mexicano veíamos fotos de Joaquín Capilla y a amigos como Carlos Mercenario, después de ganar su medalla (plata en Barcelona 1992), y los podías conocer, hablar con ellos, aprender y ver cómo esos momentos te van marcando. 

Ser medallista olímpico significa mucha responsabilidad, significa un momento único en tu vida, algo con lo que vas a vivir siempre. Sin embargo, también es algo que me ha enseñado mucho. Creo que mucho de lo que soy como persona lo aprendí en los momentos difíciles y en los momentos buenos de poder ser medallista y la obligación de transmitir tu experiencia, lo que te funcionó para las nuevas generaciones y que lo puedan hacer mejor. Que ellos no sean de plata, que sean de oro y nos den gran orgullo.

El momento al subir al podio olímpico fue raro, es como estar en pausa y estar viendo muchos sentimientos de mucha gente, de tu entrenador, de tus compañeros de equipo y como que todo mundo está disfrutando ciertas cosas y tú estás viendo cómo se va haciendo el momento, pero no tienes emociones definidas como tal. En Barcelona 1992, estar en la inauguración fue muy bonito, pero la entrada del "Dream Team" fue el momento espectacular. Cuando explotó la bomba en la zona internacional, en Atlanta 1996, era un sonadero de beepers de toda la delegación mexicana por toda la Villa Olímpica.

En Sídney 2000, el tema de medios fue increíble porque era la primera vez que todo atleta tenía un correo oficial, recibías mensajes de todo mundo, estabas conectado y Atenas 2004 es un tema melancólico, es mi gran despedida.

 

 

7. Daniel Aceves 

Ver a Daniel Bautista y Juan Paredes, medallistas mexicanos en caminata y en boxeo, en los Juegos de Montreal 1976. Ver las hazañas de Alberto Juantorena en el atletismo y, sobre todo, ver a Nadia Comaneci, marcó profundamente mi aspiración deportiva. Un reflejo trascendental de ello fue pisar la pista de tartán del Estadio Olímpico de Los Ángeles 1984. En esos instantes dices: “valió la pena”, y creo que en unos segundos hay un recorrido de mi vida personal y deportiva que justificó mi existencia. Si volviera a nacer, volvería a ser medallista olímpico.

 

8. Bernardo Segura

Hay 20 minutos de mi vida que nunca se van a borrar, si no me dieron la medalla y me descalificaron, no importa. Nunca hubo ninguna amonestación en plena competencia. La delegación tenía que haber metido una protesta formal y nadie hizo nada. No puedo mostrar físicamente la medalla, pero le puedo decir a mis hijos que fui campeón olímpico y hubo un error. Ningún medallista de plata experimentó los 20 minutos que viví como medallista de oro. Yo viví esa experiencia...

 

 

9. Guillermo Echeverría

Recuerdo la presión. Tenía un nudo en la garganta... todos ya me habían colgado la medalla. El Presidente Gustavo Díaz Ordaz fue a mi competencia a "colgarme la medalla". Cuando llegó a la alberca, me mandó una tarjeta que decía: "Memo nos vemos en el podio". Ese día recibí las mentadas de madre por ese deshonroso sexto lugar.  Fue una época muy triste. Me retiré a los 20 años de edad. En aquel tiempo no se me valoró, pero tuve el mejor tiempo del mundo.

 

10. Iván Bautista

En mis primeros Juegos olímpicos, fui como entrenador externo. Recuerdo que me encontré un holograma, lo puse en mi gafete y burlé la seguridad China. Era un joven, me quería comer el mundo y pecaba de ignorancia. En Londres 2012, ya tenía experiencia. Recuerdo el último clavado de Germán Sánchez e Iván García, donde termina todo ese estrés de competencia y sabes que ganaste al ver el tablero. El ver que tus muchachos siguen peleando... es un orgullo poder estar en esos niveles inimaginables de cuando inicié hace 20 años.

Así que no esperes más, levántate del sillón y sal a cumplir tus sueños.  ‪#‎Desfronterízate‬

 

 

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