Un paseo por el East London
El día es largo. Arranca con el artista mexicano Tupac Martir esperándonos a la salida de la estación Shoreditch High Street del Overground —el metro exterior— londinense. Efusivo y gran conversador, este sujeto será el guía que no nos deje respirar durante este día... es un hombre "del barrio".
Nos cuenta que él llegó a esta zona del este de la capital inglesa a vivir y trabajar en 2008. Desde entonces, su proyecto SatoreStudio —de diseño visual, video e iluminación— no ha hecho más que ganar prestigio internacional, gracias a su trabajo para nombres de la talla de Alexander McQueen, Elton John, Beyoncé, el festival Coachella e, incluso, un rey árabe con ganas de celebrar su cumpleaños tirando la mansión por la ventana.
Poco a poco, y siguiendo su ritmo, el barrio de Shoreditch explotó y se convirtió el área de moda de Londres, plagado de galerías, pubs alternativos, tiendas de ropa vintage y arte callejero. El lugar donde todos quieren vivir, menos Martir, quien ya sólo lo visita para intentar redescubrirlo.
Un pasado con mucha memoria
Shoreditch forma parte del municipio de Hackney, una zona en el noreste de Londres que ha sido históricamente una de las más afectadas por la pobreza y el crimen, habitada por bandidos y prostitutas. Algo parecido al Whitechapel, donde Jack el Destripador cometió sus crímenes, muy cerca, también en el este de la capital.
Tupac nos cuenta que hay cinco razones que hicieron de Shoreditch el lugar para establecer el centro de la actividad artística y cultural de la ciudad. La primera, el motivo por el que él mismo se mudó: “Grandes espacios para rentar a un precio muy bajo, en comparación al resto de la ciudad, algo que atrajo a jóvenes artistas, que empezaron a llenar el barrio en el año 2000”, dice, antes de conducirnos hacia las antiguas instalaciones de la fábrica cervecera Truman’s Bewery .
Una vez allí, Martir nos cuenta que esta cervecería era una de las más grandes del mundo en el siglo XIX, pero que, a finales de los 1880, tuvo que cerrar a causa de la fuerte competencia de marcas internacionales. Hasta que, en 2010, la cerveza Truman volvió a producirse y a consumirse en Londres.
¿Cómo? Pues, en parte, gracias a la visión que tuvo el propietario de los edificios que conformaban la antigua cervecería, quien, al ver la constante llegada de artistas y diseñadores jóvenes a la zona, les ofreció una renta muy barata para poder abrir sus pequeñas tiendas o galerías. Eso sí, a cambio de una comisión de los beneficios del negocio. Los jóvenes sólo querían una oportunidad y aceptaron el trato, quizá sin saber lo mucho que se iba a revalorizar la zona.
La segunda y la tercera razón de que Shoreditch explotara tienen nombre propio: Canary Wharf —un proyecto de Margaret Thatcher para revitalizar las abandonadas dársenas— y Liverpool Street. Estos dos centros financieros cercanos a Shoreditch, durante las últimas dos décadas, empezaron a atraer progresivamente a muchísima gente de negocios.
La cuarta y la quinta razón también van de la mano. Cuando se anunció que Londres sería anfitrión de las olimpiadas de 2012 y que el emplazamiento de buena parte de las instalaciones sería precisamente hacia Hackney, el dinero empezó a fluir y se pusieron en marcha infraestructuras tan importantes como el Overground.
“Antes, llegar hasta aquí era mucho más complicado, pero, cuando la línea de Overground abrió en 2010, todo cambió. El este estaba al fin perfectamente conectado con el oeste”, explica Martir dejando en claro que, con todos estos elementos unidos, era cuestión de tiempo para que Shoreditch fuera el barrio más cool de la ciudad... pero también “que perdería su espíritu inicial”, añade Tupac. Veamos por qué.
Un presente con mucho futuro
Hoy, el este de Londres alberga el Westfield Stratford City , el mayor centro comercial de Europa, así como el Parque Olímpico Reina Isabel, que prevé ser, además de un atractivo turístico, el corazón de un nuevo barrio financiero. El este de Londres ha dejado de ser un espacio marginal y aislado, para convertirse en uno de los centros creativos más importantes del mundo. Y Shoreditch es una de las muestras más claras de ello.
Pasear por sus calles es caminar entre gente joven y de tendencia, diseñadores de moda y artistas. Pasear por Shoreditch es hacerlo entre grafitis hechos con permiso; incluso marcas como Johnnie Walker tienen anuncios en forma de street art, y mercados vintage. Pero pasear por Shoreditch ya no es pasear por un lugar en crecimiento, sino ver el punto álgido de un barrio de moda.
El punto en el que los departamentos han duplicado su precio (2.4 millones de dólares por 90 metros cuadrados; renta de una recámara por más de 3,000 dólares), sólo al alcance de los profesionistas bien pagados de Liverpool Street, que buscan, con todo el derecho del mundo, vivir en un lugar con encanto y una vibra original, y de inversionistas en busca de sacar provecho de que Shoreditch está de moda.
Ya son pocos los artistas emergentes que viven realmente ahí. Muchos siguen acudiendo en fin de semana a pasear por el atestado mercado de Brick Lane, una calle que tiene el orgullo de albergar a Hunky Dory , considerada tres años consecutivos la mejor tienda de ropa vintage para hombre por The Vintage Guide To London, así como su propia galería de arte: The Brick Lane Gallery.
Pero, más allá de Brick Lane, si uno entra en locales como la pizzería Pizza East o visita las exclusivas tiendas de moda de Redchurch Street se da cuenta de que hoy Shoreditch es un barrio de clase alta construido sobre los cimientos y la estética de un barrio artístico, a su vez construido sobre los cimientos de un barrio marginal y criminal. Justo la misma historia que contaba el escritor gringo Tom Wolfe en su novela Bloody Miami, al hablar de Wynwood. Toma una zona marginal con edificios industriales, llénala de artistas y la gente empezará a sentirse atraída y empezará a pagar lo que les pidas.
El futuro que ya llegó
“Más que por los precios, que fue una razón, lo que me hizo instalar mi estudio en Dalston es que todavía conserva esa autenticidad de un lugar que mezcla gente humilde, inmigrantes y creadores emergentes”, argumenta Tupac cuando nuestro paseo sale de Shoreditch para acercarnos a otras zonas de Hackney.
“Hoy, Dalston es como era Shoreditch hace 10 años, aunque posiblemente en algún momento se convertirá en lo que Shoreditch es ahora, y entonces tendremos que irnos todavía más lejos”, sonríe Martir con cierta ironía.
“En Shoreditch vivieron galeristas como Jay Jopling —el creador de la famosa White Cube de Hoxton Square, cerrada desde 2010—, miembros del grupo Young British Artists, como Tracey Emin o Damien Hirst e, incluso, el actor Gael García Bernal. Pero ninguno sigue ahí”, prosigue Tupac, “en cambio, en Dalston hoy trabajan diseñadores, como los jóvenes Christopher Kane —mimado de Versace y diseñador del año en los British Fashion Awards 2013— y J.W. Anderson, junto a músicos, como The Horrors”.
Además de Dalston, los barrios de Stoke Newington, Hackney Wick y Hackney Central son otros futuros Shoreditch en potencia. Así lo demuestran proyectos como E8 Plus Hackney, del italiano Luca Ponticelli, estudiante del Central Saint Martins College , basado en la cooperación entre ocho artistas locales y ocho indigentes de Hackney Central. Un área todavía bastante pobre y, por lo tanto, accesible para los futuros genios del arte y la moda. Lo cierto es que Londres aún tiene muchas puertas abiertas por descubrir y Shoreditch es la llave perfecta para comenzar.
Nuestro Guía
Nuestro paseo por Shoreditch estuvo curado por el reconocido artista visual mexicano Tupac Martir, nacido en el Reino Unido mientras sus padres estudiaban un posgrado —“soy hijo del Conacyt”, dice—. Vivió en carne propia el auge de popularidad de la zona mientras trabajaba dando forma a shows de primera línea mundial. En México sólo trabaja con Austin TV y Porter.
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