Por todos estos motivos, el anuncio de la alianza plurianual de Zegna con Art Basel y las ferias que a lo largo del año son cita obligada de amantes del arte y coleccionistas alrededor del mundo resultó totalmente orgánica y una muestra de la visión a futuro que tienen los descendientes de Ermenegildo.
En el marco de Art Basel Miami, la casa realizó la cuarta edición de Villa Zegna, un concepto que ya se ha realizado anteriormente en Shanghái, Nueva York y Dubái y que se ha vuelto una de las experiencias más exclusivas a la que solo unos cuantos clientes tienen acceso exclusivamente por invitación.
El objetivo de este espacio es que los visitantes se sumerjan en el universo de la familia Zegna y que se familiaricen con su filosofía y sus pasiones. De alguna manera, también pretende brindarles la oportunidad de explorar a la distancia Oasi Zegna, esa reserva natural de 100 kilómetros cuadrados que hoy rodea la fábrica original de lana.
El rododendro, una flor nativa del Himalaya, fue traída a Oasi Zegna para crear un jardín secreto diseñado por el paisajista Pietro Porcinai. Esta flor de color rosa fue el hilo conductor de un espacio que hizo un guiño gráfico a una cuenca que en primavera se pinta de color rosa bajo el cielo de Miami.
El espacio también da acceso a los invitados a algunas de las líneas de productos más exclusivas de la casa, las cuales están expuestas de forma exquisita. La primera de estas colecciones está integrada por piezas clásicas confeccionadas con materiales preciosos y exóticos en ediciones que se crean únicamente para Villa Zegna. Es así como unos sneakers Triple Stitch de cocodrilo del Himalaya con un pouch a juego pueden ser adquiridos solo durante los días que dura este espacio efímero.
Lo mismo ocurre con una veintena de looks de pasarela presentados en el desfile SS26 –realizado en Dubái– que se pueden encargar a medida y con los trajes su misura realizados con la Trophy Selection, una selección de exclusivos tejidos fabricados con la lanas más exquisitas. Otro gran highlight es el perfume Il Conte de Zegna, una creación exclusiva que recrea olfativamente la época en que Ermenegildo Zegna estableció la empresa que lleva su nombre y cuya producción está limitada a 300 botellas fabricadas con cristal de Murano y que contienen un líquido con notas de cuero, vainilla y almizcle, entre otras.
También hay una sección dedicada al Mocassin, uno de los íconos de calzado de la casa y a prendas como chamarras de cuero que se pueden personalizar con materiales exóticos como piel de lagarto –en el caso de los zapatos– y de cocodrilo –las chamarras–, así como con una selección de colores que únicamente está disponible para clientes especiales.
De este modo, un equipo de asesores expertos está preparado para atender a aproximadamente 100 de los clientes más importantes de la marca –provenientes de Estados Unidos, México, Canadá y Brasil– en un entorno cuidadosamente diseñado para darles acceso al universo más exclusivo de la casa.
En un esfuerzo por resaltar los vínculos que la casa ha mantenido a lo largo de su historia con el mundo del arte y con la conservación de la naturaleza, el espacio también fungió como una galería habitada por las obras del pintor Sam Falls, quien captura la complejidad y la belleza del reino vegetal en pinturas que produce al aire libre.
Una cena inolvidable
Para celebrar la inauguración de este espacio, se organizó una cena presidida por los descendientes del fundador de la casa, así como por Alessandro Sartori, director artístico de la firma. Una larga mesa iluminada por la luz cálida de las velas y decorada con acentos florales de color rosa –de nuevo, un guiño a los rododendros– recibió a los invitados más especiales de la región.
Un momento inolvidable fue la presencia del compositor y productor italiano Giorgio Moroder, uno de los grandes impulsores de la música disco durante los años 70, quien compartió algunos de los secretos detrás del éxito “I feel love” interpretado por Donna Summer.