Corre y siéntete mejor: la guía para incorporar el running a tu estilo de vida

1. Haz una cita con tu médico para una revisión de tu estado de salud

Primero lo primero. Antes de lanzarte de lleno a la pista de entrenamiento, es básica una valoración física inicial y de forma regular. En este check-up destaca:

• Biometría hemática, química sanguínea de 35 elementos y examen de orina
• Espirometría para conocer tu capacidad pulmonar
• Ecocardiograma, electrocardiograma y otras pruebas para analizar la respuesta de tu corazón
• Radiografías de tus rodillas, tobillos y cadera

2. Escoge los accesorios que te acompañarán en tu rutina

La comodidad y seguridad son esenciales para ir cumpliendo tus metas como runner, ya que ayudan a mejorar tu rendimiento y a monitorear tus avances.

Los tenis que elijas son la pieza angular, pues deben ir acorde con tu pisada, la distancia y el tipo de terreno, para amortiguar tus pasos y cuidar tus tobillos de lesiones. Es necesario que vayas a una tienda especializada donde recibas toda la asesoría.

Del mismo modo, la ropa para salir a correr tiene que estar fabricada con telas ligeras, que te permitan hacer todos los movimientos con libertad y mantengan tu piel fresca. Desde la playera, shorts o pants, hasta los calcetines.

Si corres por la mañana, una gorra, lentes de sol y bloqueador deben ser tus aliados, mientras que un smartwatch es una gran herramienta para registrar tus entrenamientos.

3. Define tu objetivo para un plan de preparación

Lo más importante es empezar poco a poco, sin intentar correr largas distancias en tiempo récord, ni a un ritmo acelerado.

Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, practica 10 minutos al día, por lo menos tres veces a la semana. Después, aumenta cinco minutos cada semana, hasta que llegues a 30 minutos trotando.

Dedica cinco minutos antes de entrenar a realizar ejercicios de movilidad, con desplantes, zancadas y saltos cortos. Al finalizar, haz movimientos para enfriar tus músculos, durante 10 minutos.

Escucha las señales de tu cuerpo y en caso de dolor, detente y descansa para evitar lesiones.

4. Cómo seguir motivado

Disfruta el proceso sin obsesionarte con los resultados. Prueba si lo más conveniente para ti es correr por mañanas, tardes o en un horario nocturno.

Comprométete con esa rutina y varía tu entrenamiento, visitando diferentes pistas en parques o deportivos, la ventaja es que puedes salir a correr y así conocer tu ciudad.

Incluso puedes invitar a tu pareja, amigos o inscribirte a un club de running, donde conocerás a otros corredores de todos los niveles y estarás bajo la supervisión de un instructor, según tu capacidad y objetivos.

5. Descanso efectivo y una mejor recuperación

Dormir bien es fundamental para que tu cuerpo se recupere del esfuerzo físico. A la par, combinar el running con otras actividades, como natación, ciclismo, yoga o pesas, beneficiará tu rendimiento.

En cuanto a la hidratación, bebe agua antes de correr y sigue haciéndolo, en pequeñas cantidades, cada 10 minutos. Dile no al café, té y bebidas alcohólicas el día previo a un entrenamiento largo.

Incluso, considera ir al nutriólogo para que te proporcione un plan de alimentación, que será el encargado de darte la energía que requieres para avanzar en tu propósito.

Recuerda que la práctica de ejercicio contribuye a corregir tu postura y disminuir el estrés, para mantenerte con mayor vitalidad. También tiene un efecto positivo en tu autoestima. Sentirte fuerte, al trabajar tus músculos y condición física, te da más confianza en ti mismo.

Ahora sí, ¿estás listo?