Orgánico, sostenible, eco-friendly, natural, saludable, vegano... En apenas cuestión de años, todas estas palabras han ganado popularidad. ¿Una moda? Quizá, pero también es cierto que, hoy en día, la búsqueda constante de alimentos, rutinas o productos especializados que estén en sintonía con un estilo de vida de bienestar holístico es una absoluta realidad.
Menos es más: una introducción a la cosmética limpia
Y en ese universo wellness se ha establecido una tendencia de belleza y grooming enfocada en la llamada clean beauty o cosmética limpia; esto es, el uso de productos, ya sean para rostro, cuerpo o pelo, concebidos bajo la filosofía de evitar al máximo el daño al medio ambiente. De hecho, esta rama de la industria de la belleza ha demostrado ser bastante rentable y encontrarse en crecimiento, pues se estima que para 2028 tendrá un valor de más de 15 mil millones de dólares, duplicando así su valor actual. Pero comencemos desde el principio.
Productos recomendados
Qué es la cosmética limpia
“El término de clean beauty es un concepto totalmente abierto a la interpretación. No es una denominación oficial ni existe regulación alguna que determine qué ingredientes, productos o empresas entran o salen de la categoría”, señala el doctor Bernardo Goldzweig Hans, director médico de Clínica BGH Medicina Estética.
“En mi opinión, más allá de una tendencia de belleza, está relacionada con una filosofía de consumo y cuidado personal más consciente. Aunque no existe una definición exacta, sí hay opiniones entre los expertos que coinciden en las características que deben poseer los productos de belleza para que cumplan con la premisa de cosmética limpia”, continúa. Es decir, los productos de clean beauty no están regulados por certificaciones o estándares internacionales, lo que da pie a interpretar el término desde la ambigüedad. Sin embargo, hay aspectos que pueden ayudarnos a identificar si la fórmula de belleza elegida se inclina por una filosofía limpia.
Los componentes de los productos cosméticos son la base para determinar si pueden ubicarse en la categoría de clean beauty. En ocasiones, algunas formulaciones pueden incluir ingredientes tóxicos que pueden afectar tanto al medio ambiente como a nuestra piel. Ese es el caso de los sulfatos (irritantes y deshidratantes), las siliconas (se asientan y obstruyen a la piel), la oxibenzona (contamina los arrecifes de coral), los ftalatos (producen infertilidad masculina) y los parabenos (que permiten que los productos tengan una vida útil de entre seis meses a dos años y que están relacionados por algunas investigaciones no concluyentes con enfermedades como el cáncer). Un consejo para no perdernos en esta maraña de ingredientes es buscar la simpleza de la composición. Cuanto más entendible sea a la hora de leerla, mejor para nuestra piel.
Productos recomendados
De igual manera, es importante considerar el origen de los ingredientes; es decir, si su procedencia es natural o sintética. Los ingredientes naturales son aquellos obtenidos de la materia prima original, ya sea de fuente vegetal, mineral o animal. Además, sus bondades y beneficios son, en muchas ocasiones, inspiración para generar los sintéticos o aquellos creados dentro de un laboratorio.
A diferencia de la industria de la alimentación, es importante aclarar que el hecho de que un componente sea sintético no quiere decir que sea perjudicial. De hecho, en muchas ocasiones son una versión mejorada del ingrediente natural. Pero independientemente de su origen, lo importante es la ética con la que se consiguió. Dos ejemplos son la baba de caracol y el aceite de argán, ingredientes cien por cien naturales para cuya producción es necesario alterar y afectar el ecosistema. Otros componentes como el escualano y el retinol, que se obtienen de hígados animales, nos llevan a pensar que la versión sintética sea una mejor opción si optamos por la clean beauty.
“La cosmética limpia tiene más que ver con la seguridad en el uso del producto. Es decir, los ingredientes sintéticos pueden incorporarse siempre y cuando sean seguros para el usuario y el medio ambiente. Incluso, en algunos casos, los diseñados en un laboratorio pueden ser superiores a sus alternativas naturales. Esto se debe a que la pureza y la calidad se pueden mantener y monitorear de un mejor modo”, explica Krupa Koestline, líder en investigación y desarrollo para DS Laboratories.
Productos recomendados
Además de los ingredientes –que como ya se mencionó son eje fundamental en la cosmética limpia– es importante considerar otros tres aspectos al elegir los productos que nos aplicamos.
Cantidad no es igual a calidad: Al tratar de analizar la cosmética limpia, el minimalismo es importante; en una formulación, menos es siempre más. Al igual que en la gastronomía, donde apenas un trío de ingredientes pueden elevar un plato, esta tendencia se ha establecido en el mundo de la belleza.
Impacto ambiental: La base de la cosmética limpia es la sostenibilidad. No basta únicamente con acertar en el uso de los ingredientes, también es relevante que el impacto ambiental sea mínimo o nulo. Así, los productos de cosmética limpia deben ser libres de pruebas con animales, la materia prima tampoco debe provenir de animales y la obtención de cada uno de sus ingredientes debe ser sostenible y justamente remunerada (fair trade).
El empaque: Idealmente, los productos finales no deberían incluir ningún tipo de empaque, una tarea que puede resultar especialmente complicada, aunque marcas como Lush lo hayan conseguido en varios de sus productos. Por otra parte, Dr. Bronner’s está buscando alternativas para sustituir sus envases de plástico (que ya es reciclado) y dar un segundo uso a sus botellas.
Si bien para algunos la clean beauty apunta a ser una moda pasajera, es importante tratar de preservar un estilo de vida y de consumo que no solo vea por nuestro beneficio, sino que también se preocupe por el planeta. A pesar de que la industria cosmética tiene aspectos éticamente cuestionables, también es importante reconocer sus esfuerzos por generar un verdadero cambio. El inicio de un gran viaje siempre es el primer paso.