Diseñador. La mente detrás de Valentino se ha propuesto un objetivo: convertir a la histórica casa italiana en una referencia de la rebeldía a través de un compromiso político en el que se mezclan sin complejos Pier Paolo Pasolini, Johnny Rotten y la defensa de la democracia.
#GameChangers Pierpaolo Piccioli
La mente detrás de Valentino se propuso el objetivo de convertir a la histórica casa italiana en una referencia de la rebeldía.
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Pierpaolo Piccioli es de Nettuno, una localidad a 60 kilómetros de Roma, y tiene una frase de Pier Paolo Pasolini tatuada en el brazo: "No queremos quedarnos sin sueños tan pronto". Dos datos que valdrían para definir al creativo con más impacto global en la industria desde Yves Saint Laurent y Miuccia Prada.
Contestatario, rebelde y revolucionario, Piccioli llegó a Valentino en 1999. Nueve años después se convertía en director creativo de la firma junto a Maria Grazia Chiuri, un cargo que ostenta en solitario desde 2016, el del gran parteaguas de su carrera. "Ahora estoy solo. Todo es diferente. Me fío más de la intuición", declaró tras su primera colección.A partir de entonces, las creaciones del diseñador giraron hasta ya nunca
despegarse del espíritu de los tiempos. Así fue el caso de la colección de alta costura que presentó hace un año en el corazón de Roma, en pleno apogeo de la ultraderecha representada en Giorgia Meloni. Con un grupo de modelos caracterizado por la diversidad, Piccioli terminó su desfile con un arcoíris. "Es una manera de decir “¡jódanse!” a las personas antidemocráticas, a todos los homófobos y xenófobos", le dijo a El País un día después del desfile.
En julio, en el castillo de Chantilly, cerca de París, Pierpaolo Piccioli volvió a demostrar su compromiso con una colección inspirada en una frase del escultor rumano Constantin Brâncuși: “la simplicidad es la complejidad resuelta”. Casi como su propia carrera profesional.
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