El día en que Carlos III llegará al trono del Reino Unido está marcado: el 6 de mayo de 2023 veremos por primera vez a un rey al frente de los británicos en 70 años. Tras el fallecimiento de la reina Isabel II el pasado 8 de septiembre de 2022, su heredero en línea será investido con los honores que le corresponden por derecho.
Sí, todo esto lo hemos oído en cuentos de hadas, pero hay generaciones que no han visto nunca como llega un rey al trono, además de los accesorios y su significado.
Publicidad
Carlos III será coronado como monarca del Reino Unido en la abadía de Westminster y estos son los elementos que determinan su calidad real. Enumeraremos tres de los que veremos en este hecho histórico: cetro, orbe, y por supuesto, la corona.
Orbe del soberano
El Orbe es una pieza que es la representación del poder del monarca, este simboliza el mundo cristiano, está decorado con una cruz montada sobre un globo terráqueo y las bandas de joyas que la dividen en tres secciones que representan los tres continentes conocidos en la época medieval: Europa, África y Asia.
¿Cómo es el Orbe del Soberano?
Esta esfera hueca de oro que data de 1661. Se ornamentó con piedras preciosas, cuenta con una cruz de joyas que simboliza el papel del monarca como fidei defensor (’defensor de la fe’), uno de sus títulos. La pieza de regalía es dorada y tiene una cruz encaramada en la parte superior para simbolizar el poder celestial sobre el mundo, además de estar montado con esmeraldas, zafiros, rubíes, perlas y una amatista. Esta pieza la debe portar durante la coronación en su mano izquierda.
Dado lo singular de la pieza y la antigüedad de esta no se tienen datos precisos de su peso y valor de las piezas.
Cetro de la Cruz
El Cetro de la Cruz es visto en algunas ocasiones especiales, el hecho más reciente fue durante las exequias de Isabel II. Este objeto real, creado en 1661 para la coronación de Carlos II, una pieza de 362 años de antigüedad.
¿Cómo es el cetro de la cruz?
Cuenta con el diamante Cullinan I, conocido como la Gran Estrella de África, que es considerado el segundo diamante más grande del mundo solamente después del Golden Jubilee. Esta joya supera los 530 quilates, con un peso de 106 gramos. El cetro en su totalidad tiene una longitud de 92 centímetros de largo y 1.170 kilogramos de peso.
Durante la ceremonia de coronación, el monarca del Reino Unido debe portar el Cetro de la Cruz en su mano derecha.
Publicidad
Esta es la corona británica
Llamada corona imperial o corona de San Eduardo representa uno es los símbolos más identitarios de la monarquía británica. Sin duda alguna, es la joya de todas las joyas, resulta la más importante de la familia real. Esta obra de ofebrería es una pieza que se mandó para la coronación de Carlos II para reemplazar la corona medieval fundida en 1649, que se creía era una pieza del siglo XI.
El valor histórico de esta pieza, que se expone en la Torre de Londres, es incalculable. Entre sus características están sus dos kilos de peso y más de 30 centímetros de altura hicieron que la reina Isabel II decidiera dejar de usarla para los últimos años de vida. La corona de San Eduardo resulta un emblema para los británicos y es una de las representaciones más importante y sagradas de la monarquía.
El portal especializado en valuaciones SavingSpot, estimó que la pieza más barata de la corona es el gorro de terciopelo, que fue cotizado por 3 dólares, seguido de la pieza de armiño, valorada en unos 34 dólares. Por otra parte, las piezas más caras son los siete zafiros valorados en 2.142 millones de dólares.
“Utilizamos la guía de tamaño de gemas de la Sociedad Internacional de Gemas y las imágenes para determinar el número de quilates y su peso aproximado. Luego lo restamos del peso total de la corona para calcular la cantidad de oro que la compone. Consultamos el catálogo del proveedor oficial de telas de la reina para obtener un valor para el terciopelo e investigamos el precio promedio del armiño”, describe el portal para determinar la valuación de la corona.
SavingSpot hizo un análisis del valor exacto de cada una de los elementos de la corona de San Eduardo, con lo que determinó que la corona de la reina Isabel II debería estar valuada a la venta, en caso de esto ocurrir, en la friolera de 4 millones 519 mil 709 dólares (unos 80.7 millones de pesos mexicanos).