Ninguna prenda o accesorio refleja mejor la personalidad de quien lo porta que aquella que ha sido hecha a medida. En el caso específico de los zapatos, Adriana Soto es una diseñadora mexicana que, desde hace 10 años, se ha dedicado a ofrecer un servicio bespoke en el que cada par es producido a mano por artesanos de nuestro país.
Adriana Soto y su personalización máxima
A partir de una reunión en su atelier de Polanco, la diseñadora Adriana Soto crea zapatos hechos a medida para los clientes más conocedores.
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Sus creaciones son confeccionadas apegándose totalmente a la morfología –se to- man medidas para crear cada horma–, a los deseos y a la concepción de elegancia de cada cliente, ofreciendo casi infinitas oportunidades de personalización.
“Tratamos de que la comodidad sea un componente clave. Se hace una prueba de calce y después se lleva a cabo la producción de la pieza. Se necesitan 300 horas para que un par de zapatos quede terminado, proceso que durante los últimos 10 años hemos visto evolucionar como un sinónimo de lujo y perfección”, asegura Soto.
Uno de sus sellos de identidad es el manejo del color. El dominio en el uso de los pigmentos por parte de los artesanos, en especial, de la técnica de patinado, es uno de los procesos más humanos y complejos de sus diseños.
“Hace 10 años, con nuestra fundación, nos convertimos en la primera firma mexicana de zapatos bespoke en México. Estamos dedicados a perfeccionar cada detalle para elevar nuestros estándares y lograr entregar piezas one-of-a-kind que se puedan heredar a las siguientes generaciones”, añade, antes de recordar que en su oferta también figuran accesorios como bolsos, tarjeteros y guantes.
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