Pero dejemos que los números hablen por sí mismos. En 2020, la economía global se contrajo 3 por ciento y la industria del lujo redujo su valor 14 por ciento, según Euromonitor. Afortunadamente, en 2022 los signos de recuperación ya se hacen visibles.
Boston Consulting Group estima que a partir del 2022 y hasta 2026 la industria del lujo va a crecer 6 por ciento anual hasta alcanzar en 2026 un valor de 494,000 millones de euros. Es decir, estamos ante un buen panorama para la industria del lujo.
Sin embargo, para profundizar en estos temas y entender mejor cuáles son las fuerzas que están impulsando esta recuperación, recurrimos a la experiencia y visión de cuatro mujeres cuyas decisiones definen el rumbo de este sector en nuestro país: Andreia Morelli, vicepresidenta de Marketing y de Tarjetas de Servicios de American Express; Thalía Castro, directora de Marketing y Relaciones Públicas de Mercedes-Benz; Itziar Carracedo, directora de Relaciones Públicas de Chanel México, y Cecilia Vilches, Marketing Director Parfums en Christian Dior.

Tenerlas sentadas a la mesa, en la mejor disposición para abordar todos los puntos planteados en la agenda, hace que no queramos perder ni un minuto. Así que la primera pregunta está en el aire. ¿Cuál es la realidad del lujo en 2022?
“En particular, creo que la industria del lujo fue una de las más resilientes durante la pandemia. Si bien todos los sectores se vieron afectados, podemos ver signos de una recuperación acelerada y eso habla del potencial que tiene esta industria para llegar a los niveles en los que se encontraba en 2019”, explica Andreia Morelli.
Para muchas, si no es que para todas, la crisis global que representó la aparición de este virus implicó un cambio drástico de rumbo y estrategia. En algunos casos, fue apoyarse más fuertemente en los canales de comercio electrónico; en otros, como el de Mercedes-Benz, un replanteamiento del rumbo y de su visión de futuro. “En cierto modo, la pandemia fue un parteaguas para nosotros.
Fue un momento para detenernos y decir: ‘Tenemos que transformarnos y hacerlo no solo pensando en nosotros como marca, sino en lo que estamos dejando al mundo’. El cambio de estrategia implicó comenzar a hablar de electromovilidad y dejar atrás los autos con motores de gasolina, a tal grado que nos hemos planteado el objetivo de que para 2030 todo nuestro portafolio sea eléctrico”, asegura Thalía Castro.