Según las pruebas técnicas hechas por distintos fabricantes consideran que la suficiencia de las baterías de nuestros teléfonos se altera cuando rebasa los 40 grados, en estas condiciones se percibe una disminución del 15% en la duración normal de la batería. Cuando se alcanzan los 45 grados ambientales, se reduce un 20%, y a partir de los 50 grados, tendríamos un 60% menos de autonomía.
Por lo que si estás en la playa lo mejor es ponerlo a resguardo y bajo la sombra para que te dure más la batería.
Los teléfonos móviles cuentan en su mayoría baterías de litio, están preparadas para funcionar de forma ideal entre los 10 y los 20 grados Celsius
Por lo tanto, durante los días de fuerte calor en los que se superan llega a más de 30 grados y en los que a pleno sol podemos alcanzar los 40, debemos saber que la densidad energética de nuestro teléfono hará aumentar el consumo y disminuir el rendimiento del dispositivo.
Tampoco es una solución llevar el teléfono dentro del bolsillo, ya que de igual forma lograrás aumentar aun más la temperatura.
Igualmente si se utiliza el móvil en la calle durante las horas de máxima luz, el dispositivo aumentará la luminosidad de la pantalla, efecto que elevará el consumo energético. Lo recomendable es reducir su uso a pleno sol.
La señal de cobertura también se convierte en un factor que perjudica la duración de la batería del smartphone. Cuando la señal del operador móvil no llega al dispositivo, esto provoca que el móvil esté buscando cobertura de manera insistente y que el consumo energético también se vea incrementado.