Pero también las Pergamena, artículos de lujo y embajadores de una compañía que ya empezaba a recibir respeto y reconocimiento lejos de Roma. Cuando en 1950, ya con las hermanas al frente de la empresa, Fendi presentó su primera colección cápsula en piel (que incluía la legendaria bolsa X-Ray), la casa ya era un icono de Via Borgognona, una de las calles más exclusivas de Roma. La revolución, sin embargo, estaba por llegar.
Cuenta Silvia Venturini Fendi, tercera generación al frente de una marca convertida en referente del lujo global, que la historia de una firma como Fendi no puede construirse en una noche. Que su madre Anna y sus tías sobrevivieron a la posguerra mundial, en un entorno masculino marcado por el drama de la reconstrucción nacional y la inseguridad económica, gracias a su tesón y a la profunda confianza que siempre depositaron en sus pro- ductos. Que a pesar de su condición de mujeres y de la situación política europea, viajaban a Moscú con sorprendente facilidad para participar en sus famosas subastas de piel, y que en los años 60 decidieron apostar por el cam- bio más radical en la historia de la compañía.
Hablamos, claro, de los primeros encuentros de las her- manas Fendi con un entonces semidesconocido diseñador alemán residente en París. Dice la leyenda que ya en su segundo encuentro, Karl Lagerfeld diseñó en un papel las legendarias letras entrelazadas que aún hoy siguen siendo emblema de la marca, y cuyo significado es Fun Furs (pie- les divertidas). Y dice la propia Fendi que aquel encuentro
¿Cuáles son las tendencias que definirán el segmento de accesorios masculinos en 2022?
Accesorios que sintetizan la funcionalidad contemporánea y que al mismo tiempo reflejan el savoir-faire, la atención a los detalles y una interminable creatividad para escapar de la realidad de manera divertida.
Creaste la Baguette en 1997 y aho- ra, en 2021, la Baguette Messenger en Econyl. ¿Cómo explicarías la evolución de este icono de la casa?
La Baguette fue muy especial y distinta a todo lo que estaba ocurriendo con los accesorios en ese momento, la época del minimalismo. Pensé que era el momento de alejarme de los fanáticos de la moda e intentar hacer algo que no existía. La Baguette fue la primera bol- sa que recibió el trato de prenda y de ninguna manera era minimalista; era un manifiesto de individualidad porque la bolsa siempre era la misma, pero diferente cada vez. En 2019, la Baguette hizo su debut en el universo masculino reimaginando el estilo de vida del hombre moderno y haciendo una declaración, pero también manteniéndose siempre fiel a su ADN único como símbolo de sofisticación creativa.
EN PALABRAS DE SILVIA VENTURINI FENDI
A la luz de la pandemia y ante el comienzo de 2022, ¿cuál dirías que es el significado actual del lujo? Hemos aprendido una lección de esta situación, una gran lección que de muchas maneras no olvidaremos. Se ha de- mostrado que los pequeños valores han triunfado sobre el resto.
¿Cuál es el mejor consejo que le darías a un hombre que busca un accesorio que vaya con su estilo?Elegir sabiamente lo que se pone, optar por piezas versátiles que se hayan diseñado teniendo en cuenta su durabilidad.
Eres miembro de la tercera generación de la familia Fendi. ¿Cómo visualizas la evolución de la marca que fundaron tus abuelos y que hoy es parte de uno de los conglomerados de lujo más grandes del mundo?
Fendi no se construyó en una noche. Comenzamos hace más de 90 años. Era una compañía muy pequeña y el secreto para que creciera fue trabajar muy duro. No hay más secretos. He sido testigo de los grandes esfuerzos que hicieron todas las mujeres de mi familia. Ser mujer en un mundo de hombres, especialmente en la época de mi abuela, y el hecho de que mi madre y sus hermanas hayan estado al frente de Fendi es un gran compromiso.
Fendi mantiene un estrecho vínculo con el mundo del arte y la cultura. ¿Cómo han influido estos dos mundos en tu trabajo para la casa?
Fendi está muy vinculada a Roma y cuando eres romano siempre estás en contacto con el arte y la arquitectura hermosas. Roma, para mí, es el lugar perfecto para que alguien con un trabajo creativo encuentre inspiración. Es como trabajar en un museo al aire libre donde la inspiración puede llegar de cualquier lugar. Nací y crecí en esta ciudad y, al igual que mi familia, decidí continuar mi vida aquí. Para Fendi es muy importante destacar su origen italiano y su vínculo con su legado cultural.
Vivimos en los tiempos de la llama- da “nueva masculinidad”. ¿Qué significa para ti?
Creo que la gente está realmente reconsiderando muchos conceptos, y creo que la moda tiene capacidad suficiente para interpretar este momento concreto. Especialmente en Italia, la masculinidad significa mucho, aunque para mí la única diferencia está en nuestro cuerpo. Los hombres son un poco más libres para expresarse, más abiertos a la creatividad, incluso en el trabajo. La moda expresa un nuevo sentido de libertad y ha dado importantes pasos para libe- rarse de los códigos que la limitaban. Ahora no tiene género y está libre de connotaciones patriarcales. ¿Mi provocación? Mezclemos de nuevo las cartas, ignoremos las reglas. Hay espacio para todos, para quienes son tradicionales y para quienes no lo son.
También escuchamos mucho acerca de las “formas conscientes de consumo”. ¿Qué impacto tienen en tu trabajo diario para Fendi?
Siempre hemos sido conscientes de lo que nos rodea. La piel Selleria que usamos está libre de metales y la lona con el logotipo FF está hecha con algodón cien por cien orgánico. Nos deshicimos de todo el nylon y del poliéster, y lo hicimos porque sentimos que teníamos que hacerlo, significó “una revolución”.
“En sus manos la piel cambia, se moldea, se rediseña y se reinterpreta, convirtiéndose en una prenda de moda suave y ligera. Los materiales también cambian y vuelven a utilizarse pieles que habían sido olvidadas o descuidadas”, explica, orgullosa, la firma. Italia, mientras tanto, ofrecía al mundo una revolución cultural que los maestros del neorrealismo convirtieron en la mejor manera de vender el romanticismo local en el exterior, un movimiento en el que Fendi participó activamente gracias a su estrecha colaboración con cineastas como Luchino Visconti, Federico Fellini, Franco Zeffirelli y Mauro Bolognini, y a su relación con celebridades de la época como Silvana Mangano, Diana Ross, Sophia Loren, Jacqueline Kennedy Onassis, la princesa Soraya, Liza Minnelli y Monica Vitti.
Pero la llamada revolución pausada no tuvo su pistoletazo de salida hasta los albores de Mayo del 68, cuando en un mundo en permanente conflicto, Lagerfeld presentó una colección en la que hombres y mujeres vestían de la misma manera. Una joven Silvia Venturini Fendi ejerció como modelo durante aquella presentación.
El idilio entre ambos acabó por concretarse en 1994, cuando Silvia fue designada como directora de accesorios de la casa, o lo que es lo mismo, mano derecha del dise-ador alemán. De ahí surge la reinterpretación de la línea Selleria y la renovación de los votos con el cuoio romano, la piel que a comienzos de siglo había llevado a su familia a la cima de su industria.
Faltaban solo tres años para que el mundo conociera la bolsa Baguette, que automáticamente se convirtió en símbolo de la marca y accesorio imprescindible para millones de personas en todo el mundo. “Una bolsa que siempre era la misma, pero que al mismo tiempo siempre podía ser diferente”, según nos cuenta la propia Silvia Venturini Fendi, máxima responsable de la división artística de la marca tras el fallecimiento de Karl Lagerfeld en 2019, apenas dos días antes de un desfile en Milán que el alemán jamás pudo ver en directo.
Ahora, 24 años después del lanzamiento de la icónica Baguette, Fendi presenta Messenger, una nueva reinvención de la mítica bolsa con el objeto de mantener su legado mientras se posiciona con firmeza entre las propuestas más sostenibles del mercado. Fabricado en un nylon proceden- te de plásticos reciclados, la reinterpretación que la marca puso a la venta el pasado julio en sus boutiques de todo el mundo, en talla grande y mediana, “representa el bol- so esencial perfecto para los hombres” e incluye, cómo no, detalles en el recurrente cuoio romano. El cierre perfecto para un círculo virtuoso que viera su primer trazo en aquella Roma romántica de principios del siglo XX.