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Lujo mexicano: las seis marcas que debes conocer

Gracias a su legado, sus procesos productivos, su visión y su vínculo con nuestras tradiciones y cultura, estas marcas colocan a nuestro país en el radar de los amantes del arte del buen vivir.
dom 12 septiembre 2021 08:30 AM
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Hablar de marcas mexicanas de lujo es hablar de artesanía, diseño contemporáneo, innovación y colaboraciones que dan como resultado verdaderas obras de arte. En este mes de septiembre –época en la que celebramos el orgullo nacional– hacemos una selección de marcas que ponen muy alto el nombre de nuestro país dentro y fuera de nuestras fronteras.

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Casa Dragones: un tequila de leyenda

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El portafolio de Casa Dragones está integrado por un tequila blanco, un añejo y un joven.

El compromiso con la calidad, su carácter artesanal mexicano y el deseo de llevar el tequila más allá de los límites de la categoría en una industria por demás competida han sido los factores que han posicionado a Casa Dragones como una marca ultra premium en poco más de 10 años.

Cofundada en 2008 por Bertha González Nieves, quien también ocupa el puesto de CEO, la casa presentó su primera expresión, Casa Dragones Joven –una mezcla de tequila blanco con tequila extra añejo 100 por ciento de agave azul– en 2009. Casa Dragones Blanco, con un sabor fresco y suave ideal para disfrutarse en las rocas o en cocteles de autor, llegó al mercado en 2014; la más reciente adición a la familia fue Casa Dragones Barrel Blend, un tequila añejo madurado en barricas de roble francés y de roble americano, fue presentada en 2020.

La gran experiencia de González Nieves en el sector de los destilados, le permitió crear un universo caracterizado por la innovación y por sus procesos de producción modernos y con un enfoque en la sostenibilidad, pues emplean menos agua, menos energía y generan menos desperdicios. Detalles como las botellas, elaboradas en cristal libre de plomo y grabadas individualmente, sus inconfundibles cajas azules, los servicios de personalización o la habilitación de espacios como la Casa Dragones, donde se pueden hacer recorridos para conocer la historia y el legado de la marca, o su Tasting Room, localizado en el interior de Dôce 18, ambos en San Miguel de Allende, son solo una muestra de la ambiciosa y elegante visión de la marca.

Xinú: la excentricidad de la naturaleza

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Xinú rinde un homenaje a la botánica aromática del continente americano.

Percibir un aroma agradable es una manera de estimular nuestra memoria sensorial y adentrarnos en universos a los que, en ocasiones, sería difícil acceder de otro modo. Xinú, la marca de perfumes fundada en 2016 por Verónica Alejandra Peña, busca sintetizar, a través de sus creaciones, la botánica aromática del continente americano y lo hace apoyándose en tres ejes fundamentales: documentar la riqueza y exhibir la inspiradora belleza de sus múltiples especies aromáticas; la pasión por el diseño y los procesos artesanales; y, por último, el compromiso con la sustentabilidad y el uso de las mejores materias primas.

Es así como las bayas de pirul, la vainilla de Papantla, el nardo mexicano, el cedro y el cempasúchil se vuelven protagonistas de perfumes contenidos en envases que evocan la escultura prehispánica abstracta, los mitos, las tradiciones y la geometría sagrada. Pensados para ser reutilizados, son elaborados en vidrio soplado –desarrollado en colaboración con Nouvel Studio– y maderas certificadas.

“Literalmente, Xinú puso sobre la mesa una propuesta osada que, sin titubeos, se expresó de manera diferente, tomando riesgos importantes y confiando en que un mensaje franco llegaba de manera más contundente si no se transmitía de manera tradicional”, explica Peña y añade, “esta postura ha servido para animar a otras marcas a tomar decisiones distintas a lo convencional, impulsando así su potencial”.

De este modo, visitar los espacios de la marca –en Ciudad de México, Mérida, San Miguel de Allende y Tulum– equivale a sumergirse en un universo íntimo que habla de exuberancia, misterio y diversidad a través de sus perfumes y velas.

TANE: con letras de plata

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La colección bordados es la más reciente de TANE.

Sergio y Natalia Leites, dos inmigrantes franceses que llegaron a México huyendo de la Segunda Guerra Mundial, establecieron en 1942 una boutique de productos de piel en la Zona Rosa de la Ciudad de México. Con la intención de dar un toque único a sus diseños comenzaron a trabajar con orfebres locales, a quienes encargaban los detalles de plata de sus bolsas y accesorios.

Una década más tarde, en 1953, convencidos del potencial de la joyería de plata, comienzan a producir piezas inspiradas principalmente por el arte precolombino y hacia principios de los años 60, tomando como referencia las tradicionales peleas de gallos, dan a conocer los famosos Gallos TANE –piezas realizadas a mano en plata, vermeil de oro amarillo y vermeil de oro rosa con ojos de rubíes– que se han convertido en uno de sus emblemas hasta el día de hoy. En 1974, el hijo de los fundadores, Pedro Leites, impulsó el desarrollo de piezas de arte objeto en colaboración con importantes figuras del mundo del diseño y la plástica como Mathias Goeritz, Leonora Carrington, Luis Barragán, Juan Soriano y Francisco Toledo, entre otros.

“TANE es uno de los grandes representantes del mundo del lujo en el país, tanto en joyería como en piezas de arte. A lo largo de su existencia ha logrado dominar con maestría el lenguaje de la plata con estándares de calidad internacional”, asegura Rocío Bilbao, directora de marketing de la casa. De este modo, el lanzamiento de colecciones recientes como las llamadas Animales y Bordados, son una preparación para celebrar su 80 aniversario y una muestra de su compromiso para enaltecer la riqueza natural y cultural de nuestro país.

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gramo: ventanas al alma

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Los lentes de gramo son diseñados en México y producidos en Japón.

En 1898, el Dr. Graue Glennie, abrió su primer consultorio oftalmológico en el centro de la Ciudad de México. Con él, comenzó una dinastía familiar que durante más de 120 años ha estado ligada a curar y cuidar de los ojos de miles de mexicanos. Cuatro generaciones más tarde, los hermanos Javier y Diego Graue Moreno –sus bisnietos– siguen ligados al mundo de la oftalmología, aunque desde su propia trinchera.

En 2010, fundaron Escópica, Casa de Visión, una óptica en la Colonia Roma que ofrece una cuidada selección de las mejores firmas de lentes del mundo. Su interés por los procesos de manufactura, los materiales, el diseño y la historia de otras familias que, como la suya, han estado ligadas al universo de la visión los llevó a crear, en 2018, Gramo, su propia marca, diseñada por ellos mismos en México, y manufacturada en Japón.

A través de sus modelos –bautizados en honor a barrios y monumentos de la capital mexicana–, los hermanos Graue rinden un homenaje a su legado familiar, pero también celebran la maestría de los artesanos nipones. Por ejemplo, el bautizado con el nombre Industrial, muestra una estética retro y fue inspirado por unos lentes que usaba su abuelo y que heredó a su padre.

“Para nosotros, el lujo no tiene que ver con el precio. El lujo es poder decidir cada uno de los detalles de estos lentes –las líneas, los colores, los materiales– y producirlos con quienes consideramos son los mejores artesanos”, asegura Javier con una pasión que sus ojos no pueden ocultar.

Cerámica Suro: el oficio de crear arte

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La fábrica de Cerámica Suro se localiza en Guadalajara.

La historia de Cerámica Suro inició en 1951, año en el que Noé Suro Olivares abrió las puertas de un taller de cerámica localizado en Tlaquepaque, Jalisco. Durante varias décadas, la misión de la empresa se mantuvo intacta, es decir, se dedicó a la producción de piezas de cerámica destinadas a hoteles y restaurantes.

No obstante, hacia mediados de los años 90 su hijo José Noé Suro se incorporó al negocio familiar y encontró en el mundo de la cerámica un vehículo para canalizar su pasión por el arte. Ya para entonces, su hermano Luis Miguel había comenzado una carrera como artista plástico por lo que fue muy natural producir sus obras; después comenzaron a colaborar con el pintor y escultor estadounidense Ray Smith y, poco a poco, fue aumentando el interés de más artistas por visitar la fábrica y colaborar con ellos.

Para José Noé, el secreto del éxito de esta fórmula de colaboración ha sido la apertura y la disposición con que él y todo su equipo trabajan para lograr que las ideas de artistas, arquitectos, chefs y diseñadores se materialicen. Al día de hoy, la lista de artistas con los que han trabajado suma más de 400 nombres entre los que destacan Jorge Pardo –con quien han desarrollado varios murales–, José Dávila, Gonzalo Lebrija, Jorge Méndez Blake y Eduardo Sarabia.

Hoy Cerámica Suro tiene una nueva planta y planes de abrir una escuela de diseño y cerámica en el taller original donde se gestó gran parte de su historia. Con todas estas iniciativas, se busca mantener vivo y revalorar un oficio milenario, al mismo tiempo que el arte se hace accesible al público general.

Adriana Soto: con pasos firmes

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Adriana Soto se especializa en zapatos hechos a medida.

Su interés por el diseño, su experiencia en el mundo de la moda y su pasión por los detalles han sido las fuerzas que han guiado el camino de Adriana Soto para convertirse en diseñadora de calzado. Formada académicamente en la Universidad Iberoamericana, en el Instituto Marangoni de Milán y en el colegio italiano Ars Sutoria –especializado en el diseño de zapatos y bolsos–, Soto creó su marca homónima en 2012.

Actualmente, tiene un showroom en Polanco, una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, donde recibe a sus clientes y trabaja con ellos de la mano para diseñar zapatos únicos y hechos a medida con materia prima y mano de obra 100% mexicana.

El proceso comienza con una cita personalizada en la cual cada cliente expresa sus necesidades y preferencias; después se toman las medidas para asegurar el ajuste perfecto; por último, se eligen el modelo, la piel, el color de las suelas y todos los detalles que garanticen una confección impecable. Tras aproximadamente ocho semanas, se realizan las pruebas y, si el calce y los detalles son perfectos, se procede a la entrega.

“Somos la primera firma mexicana de zapatos a la medida. En un panorama complejo, decidí lanzar un proyecto que pone a disposición de los clientes, no sólo una tienda de zapatos, sino una experiencia de moda única”, explica Soto. “Tengo clientes de todo el mundo y eso es algo que me llena de orgullo, pues pudiendo comprar cualquier marca internacional nos prefieren a nosotros. Todos nuestros zapatos, además de ser hechos a medida, son pintados a mano, lo que los hace ser piezas de arte únicas y muy exclusivas”, añade.

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