¿Qué cambios pueden esperarse en el comportamiento de los consumidores?
Los ciudadanos están reevaluando y estableciendo nuevas prioridades respecto a su manera de gastar el dinero. Sabemos que habrá una recesión económica y la ropa no estará en la lista de prioridades. Dicho esto, si hacemos un repaso de la historia, vemos que ha habido situaciones similares –hambrunas, guerras y desastres naturales– y la ropa es una de las industrias que ayudan a la gente a recuperarse más rápidamente porque les permite comprar algo que les hace sentir que la vida está volviendo a la normalidad.
¿Qué podría pasar con la industria?
Es muy complicado hacer predicciones de qué pasará con la industria. Todo lo que podemos hacer es esperar que durante este tiempo la gente comience a ver a los verdaderos héroes y a los trabajadores clave en los que se puede confiar, más allá de los influencers. Ahí está la gente que está confeccionando batas y mascarillas que, en cierto modo, se han convertido en héroes y que antes eran pasados por alto o que se les ocultaba. En el Reino Unido, marcas como Burberry se han dedicado a producir equipo de protección y sus trabajadores están arriesgando sus vidas para llegar a las fábricas. No sé qué pasará con esto a largo plazo, pero me parece muy interesante y creo que esto ayudará a mucha gente a entender que esta es la manera en la que el mundo debe funcionar y que estos son los héroes a los que se debe dar más visibilidad.
Por otro lado, mi temor es que al acabar todo esto las marcas tendrán mucho más para vender y que su estrategia será vender más barato, lo cual disminuirá sus ganancias. Esto hará mucho más complicadas las negociaciones para las fábricas, por lo que volver a lo anterior no debería ser una opción, sin embargo, potencialmente podría llevar de nuevo a la adopción de prácticas de negocio no tan saludables.
Esto ayudará a mucha gente a entender que esta es la manera en la que el mundo debe funcionar y que estos son los héroes a los que se debe dar más visibilidad.
Carry Sommers