Conoce a Burger Man
¿Quién puede ayudar cuando la carne no está bien cocida? ¿Quién lucha contra los bollos que siempre se rompen? ¿A quién llamar para saber qué hamburguesa probar? La respuesta es muy sencilla... Burger Maaaan.
De noche. De día. En un restaurante. En una boutique. No importa la hora o el lugar, él quiere protegerte de las malas hamburguesas: se transforma en el gran héroe callejero mexicano al hablar del placer de comerte una hamburguesa. Nos acercamos a Burger Man con la idea de conocer los detalles y las peculiares batallas que libra, día a día, en un universo lleno de res, tocino y queso.
¿Cómo se prepara Burger Man para calificar una hamburguesa? ¿Cuál es la clave?
Una reseña que llegué a hacer en tiempo real, en Twitter, me hizo entender que si iba a hablar de alimentos tenía que aprender a quitarme el prejuicio de Whiplash de “It’s ok”, porque todo el tiempo me voy a encontrar con hamburguesas bonitas y engañosas. Es por eso que ahora quiero encontrar el camino en donde la foto corresponda con la reseña; si esto lo iba a hacer de manera profesional, tenía que hacerlo bien. Quiero ser el temido de las hamburguesas.
Reseñar hamburguesas parece fácil. ¿Se necesita desarrollar un oficio para hacerlo?
Además del oficio, hay algo de formación: tienes que saber de lo que estás hablando, como, por ejemplo, para reseñar un disco tienes que haber escuchado otros previamente. Las hamburguesas son lo único que me gusta desde niño. Hoy, con rigor, oficio y conciencia, sé que para reseñarlas tuve que desarrollar un talento. Aparentemente nunca hice la transición de comer como niño a comer como adulto. Es por eso que me limito a tres cosas en mi vida: pizza, pasta y, por supuesto, hamburguesas.
En muchas reseñas te refieres a las hamburguesas como competentes y generosas. Parece como si estuvieras describiendo a personas...
Tengo esta gran discusión sobre las hamburguesas de comida rápida. Las de cadena, tipo Chili’s, y las que son hechas en una “boutique”. Mi problema con las primeras es que, donde quiera que las pruebes, saben igual. Son muy competentes porque no saben mal, pero tampoco son la gran maravilla. Mientras que las de “boutique” son las que más me gustan, pues son únicas, el chef transmite sus sentimientos a través de ellas.
Me gusta comparar las hamburguesas con las guitarras. Hace tiempo fui a la fábrica de Gibson y vi que la fabricación de una guitarra implica un proceso artesanal. El brazo se rebaja a mano. Solía haber un experto muy apasionado que hacía los brazos de las guitarras de músicos muy reconocidos. Todo mundo sabía que por algo lo escogían a él, y su secreto radicaba en su humor, pues de eso dependía el grosor de la pieza. Ésas, a mi parecer, son las guitarras que más se recuerdan, pues simplifican los días del experto y su expresión sensible en un proceso físico sobre una guitarra. Sucede igual al preparar una hamburguesa. Es un arte.
¿Cómo enfrentas las reacciones de los que te cocinan una hamburguesa y no están de acuerdo con tu crítica?
Los lectores y la industria han entendido que esto es en serio. Hasta el momento, todo se ha convertido en una cosa de respeto. No estudié cocina. Al final, lo que la gente lee es la opinión con rigor, oficio y voluntad de un gordo que come hamburguesas. Nada más.
¿A qué lugar le gustaría viajar a Burger Man para probar su siguiente hamburguesa?
Llevo como cinco años queriendo hacer un viaje a un lugar en Connecticut que se llama Louis’ Lunch donde, se supone, inventaron la cheese burger, a finales del siglo XIX. El gran chiste de sus hamburguesas es que son preparadas en unos hornos que llevan usando desde 1890 y, al menos por la grasa que ha pasado por ahí, debe ser una experiencia maravillosa y única.
¿Cuáles son las guaridas predilectas de Burger Man en el Distrito Federal?
Me voy por tres: La Burguesa (Condesa), Moo House Burger (Lomas de Chapultepec) y B Town Burguer Boutique (Roma).
También podría interesarte |