Entrevistamos al jefe de gabinete de Frank Underwood
Lo que choca a uno de Michael Kelly es su amabilidad, estamos demasiado acostumbrados a su malicioso alter ego, Doug Stamper. Y es que, tras encarnar al fiel secuaz sin escrúpulos de Frank Underwood (Kevin Spacey), uno espera a alguien intimidante pero es más bien todo lo contrario. Su rol en la magistral serie de Netflix, House of Cards, es el más difícil y meritorio de su carrera. Platicamos con él sobre ello:
Es evidente que desvelamos detalles de la tercera temporada, así que si no la has visto... ALERTA DE SPOILERS
¿Cómo ha sido revivir como personaje en la tercera temporada? ¿Temiste haber perdido tu empleo?
Si tengo que ser sincero, el cliffhanger de la segunda temporada hasta me puso nervioso a mi... Cuando rodaba mi próxima película, Everest, recibí un correo de mi padre muy afectado exclamando que mi personaje había muerto. Ahí me empecé a cuestionar si era así. Realmente, estamos hablando de House of Cards, en la serie mueren personajes continuamente. Cuando mi mánager me comunicó que mi personaje volvía en la segunda temporada, lo celebré a lo grande. No era para menos, es el mejor trabajo que he tenido.
También podría interesarte:
• Lo que House of Cards nos ha enseñado
• La mitad de legislatura de Underwood
En esta temporada vemos a Doug Stamper peor que nunca. Débil, alcohólico y lejos de Frank. ¿Te ha costado mucho interpretarlo?
Sin duda, ha sido el reto más grande que he tenido tanto en el show como durante mi carrera. Tener que investigar los comportamientos de personas con daños cerebrales fue un trabajo duro y estresante. El personaje está en un momento de locura: ha sido el jefe de gabinete de Frank por mucho tiempo y cuando finalmente consiguen su objetivo... él no puede disfrutarlo. Y encima tiene que ver a Remy Danton y Seth Grayson ahí, mientras Underwood no le deja para que se pueda recuperar. Su caída en el alcohol está más que justificada. Para mí, lo más importante de la trama y lo que más me ha ayudado es la motivación de devolver a Stamper donde debía estar.
¿Cómo te sentiste al matar al personaje de Rachel?
Fue extremadamente difícil. En teoría el personaje de Rachel Posner, interpretado por Rachel Brosnahan, debería haber muerto en 2 capítulos pero ella era tan buena actriz que siguió 3 temporadas. Realmente, la quiero mucho y somos grandes amigos. Cuando la tuve que “matar” me rompió el corazón a mi tanto como a Doug.
¿Cuánto de Doug Stamper hay en Michael Kelly?
Tenemos la misma dedicación en el trabajo. A parte de eso, él es abstemio y yo no. Respecto a lo de sonreír somos completamente opuestos. Obviamente, pongo todo lo que puedo de mi en el personaje, tal como me enseñó mi profesor, Arthur Penn, en The Actor’s Studio. Pero no dejo que él se deslice en mi vida. Cuando vuelvo a casa con mi mujer e hijos dejo a Doug en Baltimore.
¿Doug Stamper nos podría dar 3 consejos para escalar en nuestro trabajo?
(Ríe) A ver si te funcionan... En primer lugar, dedicación. Debes ser el mejor en lo que haces. También es obvio que debes ser leal, como se demuestra con Frank. Y por último, estar dispuesto a hacer lo que sea. Si algo es recurrente en la serie es el tema de “el mal por un bien mayor”, tienes que llevar a la práctica planes que no son necesariamente ni éticos ni de tu agrado.
Y como Michael Kelly, ¿qué se siente estar encabezando la edad de oro televisiva?
Al principio no tenía ni idea de que esto ocurriría. Siempre he creído que si House of Cards hubiera sido concebida 3 años más tarde, a mi no me hubieran dado mi papel. Pero cuando firmé con Netflix supe de inmediato que este iba a ser un gran show. Teníamos una ecuación perfecta: David Fincher, Kevin Spacey y a Beau Willimon como escritor. Lo que no entendía al principio era como Netflix estrenaba todos los capítulos de la temporada en un solo día. Al cabo del tiempo, comprobé por mi mismo la genialidad del movimiento.