CANTANTE. Poco después de dejar Destiny's Child, Beyoncé lanzó Dangerously in Love, un éxito instantáneo y uno de los álbumes claves de este siglo. Hoy, es una de las mujeres más poderosas de la industria, además de fuente inagotable de inspiración para marcas y diseñadores.
#GameChangers Beyoncé
La reina Midas de este siglo, la artista capaz de convertir en oro, diamantes y zafiros todo lo que toca, comenzó el Renaissance World Tour, su última gira, el pasado 10 de mayo en Estocolmo (Suecia), un viaje a través de las canciones de Renaissance, su último trabajo, que tendrá su punto final en Kansas City el próximo 1 de octubre.
Lejos queda ya Dangerously in Love, su impresionante álbum debut, número 1 incluido, porque hoy es mucho más que una cantante. Es empresaria, pero también un referente y un espejo para los millones de personas que siguen sus canciones con tanta pasión como devoción. Porque Beyoncé Giselle Knowles-Carter (Houston, 1981) es R&B, hip-hop, funk y blues. O lo que es lo mismo: el compendio perfecto de la tradición musical afroamericana, que no ha dudado en defender con la misma fuerza con la que pisa los escenarios de medio mundo. Ahí está el ejemplo de su concierto de Ámsterdam del pasado 18 de junio, en el que, con motivo de la celebración de Juneteenth, el día de la liberación de los esclavos en Estados Unidos, apostó por un vestuario diseñado en su totalidad por creadores de raza negra.
Pero no solo de música vive Queen B. Inspiración constante para marcas y diseñadores, la cantante presentó recientemente su última colaboración con Tiffany & Co., cuyas ganancias irán destinadas a ABOUT LOVE, el programa que creó junto a Jay-Z para ayudar en la educación de los más desfavorecidos.
¿Por qué la elegimos?
Porque es la cantante más influyente de este siglo, por su compromiso con la comunidad, el feminismo y el empoderamiento de la mujer y por su capacidad para trascender su propio arte para convertirse en un referente global.