Actor. Cuando parecía acercarse al encasillamiento artístico, Jason Sudeikis recuperó un personaje de hace diez años para convertirlo en uno de los más queridos de la televisión de los últimos años. Ted Lasso no es solo una serie sobre fútbol, es también la demostración de que la comedia es el vehículo ideal para intentar cambiar las reglas.
#GameChangers Jason Sudeikis
Hace años que los comediantes se transformaron en Game Changers. Lo lograron superando todos los estigmas que existían alrededor de su arte, pero eso no quiere decir que cualquier tipo contando un chiste pueda dictar nuevas reglas. Solo un puñado de elegidos han sido capaces de alcanzar esa transversalidad. Uno de ellos es Jason Sudeikis, el actor que en 2006 se convirtió en parte del elenco de Saturday Night Live (donde compartió escenario con otras leyendas del género como Kristen Wiig y Fred Armisen).
Siete años después, Sudeikis tomaba la decisión más importante de su vida. Abandonaba el Rockefeller Center para buscarse la vida en Hollywood, desde donde le llegaron las ofertas suficientes como para aceptar un cambio de vida. De esa época son ¿Quién *&$ son los Miller?, Quiero matar a mi jefe y Pase libre, además de otros filmes de los que es mejor olvidarnos.
En ese momento, Jason Sudeikis llevaba ya varios años siguiendo el mismo camino que otros muchos comediantes: estaba haciendo el mismo papel de tipo gracioso que atravesaba situaciones atípicas mientras las resolvía con sentido del humor, echándole ganas y, en el mejor de los casos, enamorando a su coestrella. Y en 2020, llegó la pandemia para cambiar el mundo. Durante el año en que nos quedamos encerrados en casa sin nada más que hacer que echarle un ojo a las redes sociales y a las plataformas de streaming, Sudeikis estrenó una de las series más exitosas de lo que va de la década: Ted Lasso. Su personaje, sin embargo, no se lo sacó de la manga, sino que tomó uno
que había creado en 2013 para una campaña en la NBC (justo cuando el canal había adquirido los derechos de retransmisión de la Premier League) y que había caído en el olvido desde entonces: un entrenador de fútbol americano de Kansas City que era contratado por un equipo inglés de fútbol.
Sin embargo, fue a través de la seriedad con la que se tomó el proyecto que Jason Sudeikis cambió radicalmente las cosas. Porque Ted Lasso es un poco torpe y tiene un corazón de oro, pero su objetivo no es ganar ni conservar su trabajo, sino inspirar a los jugadores del modesto equipo de Richmond para que aprendan a disfrutar de lo que hacen antes de ser devorados por el espíritu competitivo. En el camino, pasa por problemas que podrían deshacerlo en cualquier momento, como un divorcio que hizo que su hijo se quedara en Estados Unidos con su madre, el suicidio de una persona muy cercana a él (no es spoiler) y la falta de estabilidad emocional, por mencionar solo algunos. Curiosamente, el éxito de Ted Lasso se cruzó con su escandalosa separación de Olivia Wilde, quien regresó con Sudeikis tras dos años junto a Harry Styles.
Una de las principales virtudes de la serie, que el propio Sudeikis protagoniza y produce, es precisamente su capacidad para analizar temas complejos sin sacrificar el humor. Ted Lasso ve desde la comedia, pero también desde la vulnerabilidad, cuestiones poco comunes en el género, como la homofobia o la salud mental, hasta llevar al espectador a una profunda reflexión. ¿Cuántos comediantes pueden presumir un logro de este calibre?
¿Por qué lo elegimos?
Porque antes de acomodarse como el clásico actor cómico de Hollywood que nunca se atreve a abandonar su zona de confort, decidió apostar por cambiar las reglas de uno de los géneros más complicados: la comedia.