Avatar: ¿Sigue siendo James Cameron el "rey del mundo"?

A su favor juegan los antecedentes. Esto incluye una impactante filmografía integrada por títulos como Terminator, Alien 2: El regreso, Terminator 2: El juicio final y Titanic, por nombrar algunos. Cintas que no sólo arrasaron en la taquilla mundial, sino que calaron hondo en el imaginario colectivo con personajes, frases y momentos tan icónicos que hoy son una parte inamovible de la historia del cine. Y claro, el hecho de ser el director más taquillero desde hace 25 años, primero con la ya mencionada Titanic y después con Avatar. Su dominio se vio brevemente interrumpido por Avengers: Endgame, pero sólo necesitó un reestreno para recuperar el trono.

También le beneficia que nos tiene acostumbrados a las pausas. Sucedió entre Titanic y Avatar, separadas por 12 años de distancia. Para nada son descansos, ni retiros temporales, sino tiempos que se toma para asegurarse de que la tecnología ha avanzado lo suficiente para plasmar su visión. Entre tantos aprovecha cada oportunidad para experimentar e innovar. La odisea galáctica cumplió con creces en este apartado, al grado que absolutamente nadie puede negar que es visualmente impresionante. Tanto, que todavía podemos recordar las expectativas generadas por la película, así como las sensaciones provocadas durante esa primera inmersión a "Pandora".

Sin embargo, no todo fue positivo durante el viaje al lejano planeta de los na’vi. Y es aquí donde radican las dudas en torno al reinado del director.

El turbulento viaje a Pandora

El de Avatar es un fenómeno curioso. Es la película más taquillera de todos los tiempos, pero contrario a lo que esto podría sugerir, nunca conectó con las audiencias. Sus personajes son fácilmente identificables mas no icónicos, sus momentos más importantes no son celebrados por el grueso del público y absolutamente nadie recuerda una sola cita del guion.

De hecho, la respuesta de las audiencias fue dura, incluso hostil por momentos. Era común escuchar que su guion era poco más que un plagio espacial de Pocahontas y que los na’vi no eran sino pitufos gigantes. A esto sumemos las mofas por la conexión emocional de la especie alienígena con su planeta, que para muchos tenía un carácter sexual.

Finalmente, la polémica. Hay quienes insisten que Avatar solo pudo alcanzar la cima de la taquilla mundial por su uso del 3D que aumentaba el precio del boleto. Una aseveración que ha sido motivo de debate a lo largo de una década y que nos invita a preguntarnos si El camino del agua realmente puede aspirar a lo más alto. Su éxito sacudiría todas las dudas, su fracaso podría condenar todas las aspiraciones de una franquicia que espera alcanzar las cinco entregas.

Como toque adicional, tampoco podemos olvidar la incorporación de este mundo a los parques temáticos Disney. Una experiencia inmersiva en espectacular y con una de las atracciones más avanzadas del ratón, pero que para nada ha sido un imán de visitantes.

En busca de la corona

Seamos honestos: en una industria tan cambiante como es el cine, nadie, ni siquiera James Cameron, puede mantenerse como el "rey del mundo" tras una ausencia de diez años. Esto, sin embargo, no significa que el cineasta no pueda recuperar su corona, que actualmente está en espera de un dueño.

Ya lo decíamos, los tiempos cambian y aunque los grandes directores se mantienen –ahí están Spielberg, Tarantino o Coppola, por nombrar algunos–, cada día batallan más por encontrar espacios. La industria hoy día es dominada por las grandes franquicias, como el Marvel Cinematic Universe, el DC Universe y el Wizarding World por nombrar algunas. Historias que crecen bestialmente arrasando todo a su paso, incluyendo ese viejo blockbuster que por muchos años tuvo un carácter de autor. Como el de James Cameron.

Avatar: El camino del agua es más que una secuela. Es un esfuerzo de su cineasta por demostrar que sus cualidades siguen vigentes en un cine vertiginoso que no se detiene ante nada ni nadie. Una misión compleja, pero si alguien que puede lograrlo y recuperar al menos una parte de la vieja magia de esa cinematografía que se ha ido para siempre, es él. Si es capaz de lograrlo, nadie podrá ponerlo en duda: estaremos de nueva cuenta ante el "rey del mundo".