La San Diego Comic-Con 2022 llegó a su fin. Como cada año, las redes y el internet están inundadas de noticias relacionadas: ya sean de los coleccionables exclusivos a la venta, de las celebridades que se hicieron presentes o de los títulos de videojuegos, series y películas que ahí fueron anunciados y que dominarán el entretenimiento en los meses venideros. Todos, absolutamente todos, de un modo u otro, quedamos fascinados por la información, soñando con la posibilidad de algún día un día estar ahí. Y es que, pésele a quien le pese, todos somos geeks.
No nos referimos a su primera definición, “alguien inteligente pero que no está a la moda ni es popular”, que fuera usada por tanto tiempo y que tanto daño hiciera entre la gente. Más bien a la segunda, “alguien que está muy interesado en un tema en particular y sabe mucho al respecto”. Uno de los cambios sociales más sanos de los últimos años, pero que se ha perpetrado de un modo tan orgánico que casi no se ha hablado al respecto.
Todos sabemos que la palabra geek fue mal vista entre la gente por años. Difícil saber cómo empezó esta tendencia, pero queda claro que películas y series contribuyeron a sacar lo peor del término con la propagación de incontables estereotipos que invariablemente eran trasladados al mundo real. Pero los tiempos han cambiado y aunque todavía queda mucho por hacer, ser un geek hoy es un símbolo de identidad y de orgullo.