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Minions y la importancia de un buen "sidekick"

Nunca los verás del mismo modo.
sáb 09 julio 2022 05:36 PM

El "sidekick", generalmente traducido al español como "socio", "compañero", "patiño", hasta "compinche", es una de las figuras más importantes, pero menos valoradas de la ficción. La primera prueba es una definición que no le hace ningún tipo de justicia: “el asistente o asociado cercano de una persona, especialmente uno que tiene menos autoridad que esa persona”. A esto se suma el recelo que genera entre algunos por su carácter presuntamente formulado al visto como poco más que alguien cercano al protagonista de la historia y que en la mayoría de los casos funge como su subordinado. Finalmente, su eterna presencia en la animación infantil ha aumentado los estigmas de quienes piensan que sólo existen para el 'merchandising'.

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Todas estas aseveraciones se olvidan de que el sidekick es uno de los elementos más complejos de cualquier obra. Tanto, que el éxito de algunos de los grandes personajes de la historia quizá no habría sido posible sin ellos. Ahí está el Dr. John Watson con Sherlock Holmes para demostrarlo, Chewbacca con Han Solo, Robin con Batman, y muchos, muchos más…

Si se han tornado tan determinantes es porque suelen ser ellos quienes operan como la conexión emocional entre el público y un protagonista que en muchos casos es frío, distante e incluso poco empático. Más que meros acompañantes, todos fueron meticulosamente moldeados para potenciar las mayores fortalezas de sus respectivos protagonistas, pero más importante aún, sus flaquezas. Ahí está Samwise Gamgee con Frodo Baggins, sacando entereza donde no la hay para lograr que un demacrado Frodo Baggins cumpla con su misión de destruir el "Anillo Único" en El Señor de los Anillos.

No menos importante es su rol en el cine familiar, donde reflejan los valores más primarios que contribuyen a los protagonistas, casi siempre confundidos y rebasados por sus pasiones, tomen las mejores decisiones. El ejemplo por excelencia es Pepe Grillo de Pinocho, al grado que es reconocido como una auténtica conciencia, pero la estrategia se ha extendido por años. Ahí está el Genio dando una lección de autoaceptación a Aladdín; Timón y Pumba acogiendo a Simba para luego acompañarlo fielmente a la batalla en El Rey león; Burro haciendo lo imposible para que Shrek vea más allá de los estigmas propiciados por la sociedad; ni qué decir de los Minions consiguiendo que un eterno villano se incline por el amor familiar en Mi villano favorito. El caso de estos simpáticos seres amarillos es especialmente curioso.

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El fenómeno Minion

La regla dice que el 'sidekick' nunca debe superar al protagonista. Por esto mismo, los Minions suelen ser vistos como uno de los fracasos más exitosos de los últimos tiempos, tras convertirse en referentes y estrellas de la franquicia Mi villano favorito por encima del propio Gru.

Pero lo cierto es que la ficción no entiende de reglas y si estos simpáticos seres amarillos han ascendido como auténticos representantes de la cultura pop contemporánea es en buena parte por Chris Meledandri, presidente de Illumination Entertainment. Años antes ya había determinante para la concepción de otro ídolo animado secundario, Scrat de La era de hielo, pero la fundación de su propio estudio le llevó a superarse a sí mismo.

En el guion había la indicación de secuaces que trabajaban para Gru”, recuerda el ejecutivo , “pero nadie sabía qué apariencia ni qué personalidad tendrían. La primera vez que los vi fue cuando nuestros directores me enseñaron los primeros diseños y desde que los vi supe que estaba completamente encantado. No tenía idea de lo que acabarían siendo, pero mi propia reacción fue muy positiva y cuando empezamos a mostrar pietaje entre la gente, la reacción era la misma sin importar la edad. Todos respondían igual. Nunca habría anticipado lo populares que serian porque hoy son un fenómeno, pero siempre supe que tenían algo especial”.

Han pasado más de diez años de su estreno y aunque todavía no sabemos con certeza qué son, poco importa ante su carisma y su alocada personalidad. Hoy en día son vistos, con justa razón, como el ejemplo por excelencia del sidekick que supera al estelar. Sin embargo, existen muchos otros personajes que hicieron lo propio. El Genio de Aladdín, secundado además por la voz de Robin Williams, siempre fue el imán promocional del filme; Timón y Pumba contaron con su spinoff que relata su visión de lo sucedido en El Rey León. No nos olvidemos de Campanita, que hoy encabeza su propia franquicia bajo el nombre en inglés de Tinkerbell. Incluso Olaf ha gozado de una estupenda aceptación con la que se ha distanciado de la sombra de las increíblemente populares Elsa y Anna de Frozen.

La tendencia no se limita al cine animado. El mejor ejemplo es Kato en El avispón verde, que interpretado por un joven Bruce Lee, fue pieza clave para el éxito del show y para que el kung fu se tornara increíblemente popular en los Estados Unidos. Catapultó además la carrera del actor, convirtiéndolo en una de las grandes estrellas de su tiempo y cuyo gran legado permanece hasta nuestros días.

Toro no tuvo la misma fortuna en El llanero solitario, al menos hasta que su versión cinematográfica fuera interpretada por Johnny Depp. La película distó mucho de ser un éxito, lo que no evitó que el público mostrara más interés por el apache que por el 'cowboy' titular interpretado por Armie Hammer.

El sidekick es un personaje secundario por definición, pero no en la práctica al ser la clave para los grandes protagonistas de todos sean capaces de triunfar en sus respectivos objetivos. Tampoco viven en las sombras, sino que brillan con luz propia con acciones que invariablemente nos invitan a sacar lo mejor de nosotros mismos. Son, por esto y más, personajes que se merecen todo nuestro respeto, pues la historia del entretenimiento no sería misma sin ellos.

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