El rey de la web
Si por el número de usuarios nos vamos, Google no tiene competencia alguna. Su Chrome no sólo es el navegador más usado, sino que lo es por un margen muy amplio. Las estadísticas de Statcounter revelan que cuenta con el 63.06% de los usuarios, siendo Safari su más cercano perseguidor con un lejano 19.84%.
Una preferencia de este tipo no es una moda ni mucho menos obra de la casualidad, sino una respuesta directa a la calidad palpable en diversas áreas. La primera son sus niveles de compatibilidad, avalados por la prueba HTML5 de la cual cumple 528 puntos de 555. Opera le sigue peligrosamente cerca con 518 puntos, seguido de Microsoft Edge y Firefox con 492 y 491 respectivamente, y un poco más abajo Safari con 471. Muy rezagado en la carrera está Internet Explorer con apenas 312 puntos, una distancia que a nadie debería sorprender si consideramos que Microsoft lleva dos años trabajando en su descontinuación que finalmente se concretará en junio de este 2022.
Más cerrado es el tema de la velocidad. Sitios como High Speed Internet coinciden en que Chrome ocupa la primera plaza en equipos Windows, mientras que Safari ostenta la posición de honor en los Mac. En ambos casos, la lista continúa en orden descendente con Microsoft Edge, Opera, Vivaldi y ¿Firefox? Sí, por extraño que parezca, el navegador estrella de la primera década del siglo XXI se ha tornado un poco lento con el tiempo.
Esto no significa para nada que Firefox esté perdiendo la carrera. Tal vez no sea el navegador más veloz, pero vaya que es el más seguro gracias a su bloqueo de malware, así como a su uso de DNS encriptado sobre HTTPS. Es precisamente aquí donde Chrome podría encontrar su talón de Aquiles, no por falta de medidas, sino por un modo de operar que para muchos se ha tornado más que controvertido. Y es que aunque todos los navegadores son capaces de recordar y sincronizar todo tipo de información –contraseñas, historiales, favoritos– entre dispositivos, Chrome ingresa de manera predeterminada a sus usuarios a sitios propios como Gmail y YouTube, una comodidad que no es bien vista por todos al considerarlo un atentado directo contra su privacidad.
Hablando de este tema que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones del internet contemporáneo, Google anunció recientemente la implementación de Privacy Sandbox con la que se busca erradicar las viejas cookies de Chrome y utilizar un nuevo sistema más anónimo mediante una nueva API llamada Topics. En la teoría suena bien, pero hay una desconfianza generalizada de que este tratamiento privado de datos sólo aumente el dominio del emporio digital.