"Polvo mágico"
La directora colaboró año y medio con Talbot para dar influencia mexicana a su partitura original, trabajando principalmente métrica y percusión.
"Es una composición que no pretende ser mexicana sino que tenga todos los ingredientes de ese sabor, como en la cocina de Tita, pero que el resultado al final sea su propia sopa", explica.
Para ello le presentó a Barreiro, su maestro de composición, "un músico con un conocimiento vasto de la música popular y clásica de México", que tras aconsejar al compositor participa en el espectáculo tocando la guitarra.
De la Parra contribuyó también a la coreografía de Wheeldon aportando "elementos de la danza mexicana". "Nosotros tenemos ciertos conteos, que se incorporaron en la métrica, y aspectos como el zapateo" que inspiran este ballet sin estar necesariamente presentes, afirma.
Así, lejos de copiar "todas estas influencias se meten en una licuadora y se espolvorea la obra con el polvo mágico que sale de ella", asegura.
Del mismo modo, la adaptación visual del diseñador Bob Crowley se inspiró en los vestuarios de la época revolucionaria mexicana (1910-1917) en que transcurre la historia de Esquivel.
Pero "toda la influencia es muy comedida, porque al final es una obra contemporánea con la voz de estos artistas", concluye la mexicana, que tras Londres debe dirigir la orquesta del nuevo ballet en California y Nueva York entre marzo y junio de 2023.
Éxito internacional traducido a más de 30 idiomas, Como agua para chocolate había sido adaptada a la gran pantalla en 1992 por el mexicano Alfonso Arau. La película fue galardonada con diez premios Ariel de la academia cinematrográfica de México.
Esta nueva adaptación, para los escenarios, es una coproducción entre el Royal Ballet británico y el American Ballet Theatre.