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Los jugadores más poderosos en la NBA

Hay deportistas que influyen más allá del marcador.
dom 01 mayo 2022 10:44 AM
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Los jugadores son el centro del equipo, aunque hay veces en el que son algo más para los clubes.

Hace muchos años, las instituciones en los deportes profesionales tenían la batuta para tomar decisiones. Ya fuera cambiar a un jugador, elegir a un prospecto en el draft universitario, ofrecer/pagar un contrato o cualquier cosa relacionada al front office, las franquicias deportivas eran completamente libres de hacer lo que quisieran: el jugador jamás influenciaba una de sus decisiones.

Con el paso de los años, los jugadores dejaron de ser empleados cualquiera en un equipo, y al empezar a crecer en popularidad, empezaron a crecer en apalancamiento a la hora de negociar o pedir su contrato. Sobre todo los más populares, quienes crecen en influencia y poder junto con esa popularidad y poder comercial.

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El fenómeno es interesante: el grado de poder ha crecido tanto, que algunos jugadores llegan a influir en las decisiones de su institución. A manera de presión vía los medios de comunicación, desvinculación con el equipo desde sus redes sociales, falta de participación e involucramiento en promocionales con patrocinadores, o la simple amenaza de que “se van a ir”, estos jugadores han llegado a cambiar decisiones de sus equipo. La NBA es el mejor ejemplo de esto, y así podemos citar un reporte de “The Score” que dice que LeBron James y Anthony Davis tuvieron mucho empuje para concretar la llegada de Russell Westbrook, quien representa una de las razones por la que los Lakers tuvieron un fracaso histórico este año; una de muchas.

Durante la mayor parte de la historia de la NBA, la agencia libre para los mejores jugadores de la liga difícilmente equivalía a la libertad de elegir su propio destino. Incluso después de que los jugadores obtuvieran el derecho a la agencia libre sin restricciones en 1988, el precio que generalmente pagaban por “su libertad”, era su reputación. El propietario de los Chicago Bulls, Jerry Reinsdorf, acusó esencialmente a Horace Grant de fingir lesiones después de firmar con Orlando Magic. El ex entrenador en jefe de Los Angeles Clippers, Mike Dunleavy, acusó al agente de Elton Brand, David Falk, de usar su influencia "para envenenarlo" para que no regresara al equipo en 2008.

Está claro que ningún extremo es bueno, y que ha habido mejora en cuanto a que los jugadores tienen poder de decisión sobre su destino, al menos más que antes. Cuando en 1996 se le dio un contrato gigante a Shaquille O’Neal por parte de los Lakers, un test demostró que los fans estaban en contra de esto, sin una razón importante. Aunque eso me parece excesivo, la clave está en el equilibrio, y los seres humanos tendemos a pendulear.

La NBA tiene algo muy particular, y es el hecho de que cada jugador marca una diferencia mucho mayor en la suerte de un equipo, por lo que cuando un jugador es agente libre, los equipos hacen labor de convencimiento y lo “reclutan”. Por ejemplo, LeBron James llevó esto a otro nivel al unirse a Dwayne Wade y Chris Bosh para decidir ir a Miami al mismo tiempo (Wade ya estaba allí, pero era agente libre). Los tres trajeron dos campeonatos a Miami antes de que Bosh se retirara y James regresara a Cleveland. Su decisión de unirse al Miami Heat puede haber empoderado a los jugadores para tomar el control de sus carreras y buscar activamente sus destinos preferidos, pero 'La Decisión' les permitió controlar sus narrativas. Siempre habrá consecuencias cuando un jugador deja su equipo original por algo nuevo, pero una década después del hecho, los jugadores pesan más para controlar su propio destino. Hoy por hoy, ningún propietario en su sano juicio acusaría a un jugador de fingir lesiones después de irse en 2020. Ningún entrenador sugeriría que alguien necesita ser envenenado para dejar su equipo.

Por otra parte está Kevin Durant decidió dejar una franquicia ganadora y bien manejada para irse a los Nets, y “probar” que podía ganar por sí solo (lo cual ha sido un gran fracaso). Se puso de acuerdo con Kyrie Irving para coincidir en el equipo de Brooklyn y formar un equipo en el que ellos pudieran tener mucha injerencia en las contrataciones y en el destino del equipo, a veces hasta más que el mismo coach o gerente general. Irving, después de ser barrido por los Celtics en playoffs, admitió: “No planeo ir a ningún lado". "Esta es una motivación adicional para que nuestra franquicia esté en la cima de la liga en los próximos años. Cuando digo que estoy aquí con Kev (Durant) creo que eso realmente implica que manejemos esta franquicia juntos junto con (el propietario) Joe (Tsai) y (gerente general) Sean (Marks), y nuestro grupo de miembros de la familia que tenemos en nuestra organización. Creo que necesitamos hacer algunos movimientos esta temporada baja, y ser realmente intencionales sobre lo que estamos construyendo y realmente preocuparnos por nosotros."

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Uno de los líderes de opinión en Fox Sports, el periodista Nick Wright, comentó sobre el tema: “No quiero que se ascienda a sí mismo a co-gerente general" en el programa de “First Things First” de la cadena.

Chris Broussard, otro de los especialistas de NBA de Fox Sports, sintió que Irving estaba buscando excusas por sus propias acciones:

"Tenía la esperanza de que el resultado de esta serie volviera humildes tanto a él (Irving) como a Durant. Piensan que ven el juego de una manera más elevada, secreta y esotérica que nadie entiende. Esa cita de Kyrie (sobre la gestión) es indefendible. Esto es lo que está en su currículum: Kevin Durant eligió a Steve Nash como entrenador, dejó a Stephen Curry y Golden State, y luego el currículum de Kyrie pasa por dejar a LeBron James y dejar a los Celtics, que están mejor sin él”, apuntó Broussard. “Los equipos desconfían de Irving debido a que es no fidedigno. No creo que ningún equipo le dé un contrato a largo plazo”, añadió.

En mi opinión, ningún jugador debería de tener tanta influencia, o ni siquiera creer que la tiene, porque por algo cada quien tiene un trabajo y un rol que ejecutar: el Gerente General debe de ser el experto en armar el equipo, reclutar jugadores y estar encargado del scouteo, mientras el coach debe de estar enfocado en la táctica, el “grupo” dentro del vestidor y todo lo que pasa en la duela, y los jugadores deben de ser los que ejecutan el plan de juego, punto. Si algún día esto funcionó en Miami, era simplemente por que estos tenían un gran coach como Erik Spoelstra y un gran presidente y estratega como Pat Riley, quienes estaban a la cabeza y sabían perfectamente sus roles y dejaban a los jugadores ejecutar su trabajo EN LA DUELA. Decidir su destino, sí; manipular una franquicia como jugadores, no.

En este momento, la NBA tiene un puñado de jugadores únicos en una generación, como LeBron James, Kevin Durant, Kwahi Leonard, Stephen Curry y Giannis Antetokounmpo. De hecho, no es sorpresa que estos jugadores tengan esta cantidad de influencia, porque es claro que son unas “bombas mediáticas”, con la cantidad de seguidores que cuentan en sus redes sociales, y unos “monstruos comerciales”, gracias a la cantidad de dinero que reciben de publicidad, contratos comerciales y ventas de tenis y ropa deportiva, además de lo que vale cada una de sus marcas como tal. Según la revista Forbes, por ejemplo, el “net worth” de LeBron James se alza a unos 850 millones de dólares, y ha ganado más de un billón de dolares hasta el día de hoy .

Es tan claro este tema, que inclusive ha sido un problema cuando grandes jugadores salen de la liga, al grado que pierden fuertes cantidades de dinero, rating y viabilidad comercial. Por ejemplo, cuando Michael Jordan se retiró, la NBA perdió cerca del 60% de rating. Es obvio que este es el ejemplo más grave, gracias al gran ícono que es y la grandeza deportiva que representa Jordan hasta el día de hoy, y el hecho que solo su marca es una de las más grandes del mundo de los deportes, pero es un ejemplo de cómo un jugador nunca debe de estar por arriba de una liga o una franquicia.

Aunque este tema domina la NBA, hay otras ligas con similitudes, como la NFL. Para conseguir mejores contratos, algunos jugadores empiezan amenazando a sus equipos diciendo que no van a ir a entrenar, o que no van a jugar por temporadas completas, siendo así un “cáncer” en el vestidor para sus compañeros y comprometiendo el desempeño de todo el equipo. En este caso, es la posición de quarterback la que está tomando más relevancia en estas pláticas. Por ejemplo, Deshaun Watson, quien lleva un año sin jugar y tiene una demanda activa en su contra por acoso sexual, acaba de recibir un contrato de 230 millones de dolares completamente garantizado, algo que rara vez pasa en la NFL.

Otros jugadores como Deebo Samuel y Kyler Murray borraron todo el contenido de sus equipos de redes sociales y han hecho algunas declaraciones que inclusive contradicen a reportes que han salido sobre sus intenciones. De Samuel en particular, se ha dicho por un que le molesta el tipo de uso que le dan en el equipo, cuando en anterioridad él ha dicho que él “hace lo que sea que le pida el coach”. Este tema ha estado en la estufa caliente, y para mi gusto, Deebo no ha ganado poder con estas acciones. De hecho, ha perdido apalancamiento y queda peor a la vista del ojo público.

Aunque teniendo en claro que el exceso de poder e influencia en las ligas e instituciones no se pelea con tener contratos justos y buena compensación para los jugadores. Ellos están en todo su derecho de pedir mejores sueldos, mejores contratos y más prestaciones y bonos. Inclusive, por más que amemos el romanticismo del “gran atleta” que solo busca la excelencia, los títulos y mejorar su legado para la posteridad, la realidad es que la mayoría de los atletas de alto rendimiento no son así y más bien buscan más dinero, y no tiene nada de malo. Simplemente tendrán que hacerse a la idea que lo más probable es que no queden en nuestras mentes para siempre.

Ningún extremo es bueno, y aplica igual para este complicado tema. Lo ideal es el equilibrio: que ni los dueños ni los jugadores tengan todo el poder. Es difícil pedir eso en este mundo de ambición total, sin embargo es lo que le haría mejor a los deportes profesionales.

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