Entender la caída
Si los números de Netflix han generado tanto revuelo es porque vienen de una compañía acostumbrada al crecimiento y que encabeza una industria en auge como es el streaming. La preocupación aumenta todavía más si consideramos que la plataforma fue una de las pocas empresas que prosperaron durante el 2020 con un aumento en su número de suscriptores que alcanzaron los 195 millones y que resultó en un aumento del 60% en las acciones. Un marcado contraste con el entretenimiento convencional que no ha podido regresar a sus números prepandémicos y que le permitió encabezar la industria del streaming que tanto creció en los peores momentos de la crisis sanitaria.
Por irónico que parezca, este mismo desarrollo exponencial parece ocultar las claves de la caída. Cuando las Streaming Wars empezaron a tomar forma con el aumento de la competencia, se hablaba de una carrera en la que unos avanzarían y otros caerían de manera paulatina. Pero el Covid-19 aceleró los procesos con los confinamientos y los cierres de las salas de cine, lo que disparó el número de suscriptores en un 26% para dar un gran total de 1,100 millones de usuarios. Un estudio realizado en el mismo 2020 reveló que el 55% de los hogares estadounidenses estaban suscritos a más de un sistema.
Todas estas cifras se vieron favorecidas por la necesidad de entretenimiento de la gente que permanecía resguardada en sus hogares, pero invariablemente debían modificarse cuando la situación empezara a estabilizarse. Han pasado más de dos años de que el virus golpeó en occidente y la llamada nueva normalidad impera cada día más, lo que ha permitido que la sociedad global regrese a sus viejas rutinas. Tal es el caso del streaming, pero en menor medida que en los peores momentos de la pandemia.
O lo que es lo mismo, siempre se supo que algunos suscriptores terminarían dándose de baja de algunas plataformas cuando las cosas regresaran a su cauce y 200 mil de ellos se decantaron por Netflix. Un número elevado, pero que para nada compromete la existencia ni el dominio del gigante.
Las razones pueden ser muchas e ir de lo más sencillo, como la falta de tiempo de los usuarios a lo más doloroso como la preferencia por los más directos competidores. También hay opciones propias de los tiempos en que vivimos, como el hecho de que muchas de sus producciones más importantes se han visto pausadas en los últimos meses, ya sea por las cuarentenas iniciales o como medida de prevención por contagios en los rodajes, lo que resultó en retrasos que siguen manifestándose hoy en día. Y claro, adversidades propias del streaming como son las cuentas compartidas, uno de los mayores dolores que ésta y otras plataformas no han podido erradicarse del todo.
Por esto mismo Netflix ha empezado a trabajar en una estrategia para que una caída de este tipo no se repita o en el peor de los casos, no suceda de una manera tan pronunciada. Sus decisiones serán seguidas muy de cerca por la competencia que seguramente recurrirá a ellas como fuente de inspiración para evitar tropezones similares.