Todos hemos leído o escuchado toda clase de razones por las que el actor, ahora también conocido como Battinson, es una mala opción para el murciélago. La primera es, sin duda, su pasado histriónico, eternamente vinculado con la saga 'Crepúsculo' y más concretamente con el personaje de Edward Cullen. Para quienes no lo reconocen se trata del colmilludo creado por Stephanie Meyer para su monstruosa historia romántica: un vampiro eternamente joven, lo que es normal para estos seres; dotado de nobles sentimientos y educado para alimentarse de sangre animal, que es cuando la construcción empieza enrarecerse; y sobre todo muy enamorado de la joven Bella Swan (Kristen Stewart), no con un amor sensual como el de Drácula, sino uno puro e inocente que para muchos fue imperdonable. Y como toque final, el personaje brilla cual diamante bajo la luz del sol, una característica que ha resultado en toda clase de motes para el británico como destellos, brillitos, chispita…
En su momento se dijo que el actor y toda la franquicia crepuscular destruiría siglos de mitología vampírica, algo que por supuesto no pasó. Aún así, hay quienes temen que su participación previa en este proyecto resulte en una mancha imborrable, incluso fatal, en el legado gótico.
Hubo un tiempo en que se decía lo mismo de Michael Keaton. Sí, aquel actor que para muchos sigue siendo el mejor Batman de la historia y que hoy provoca emoción al por mayor por su regreso en The Flash y Batgirl, enfrentó durísimas críticas tras el casting gótico. Por aquel entonces no había redes en las que plasmar la inconformidad, sino que todo se hacía a través de cartas y Warner recibió más de 50,000 en las que se le pedía de todas las formas posibles que reconsiderara su posición. Esto, tal y como indica una petición de la época se debía a que Keaton era visto como “un buen actor de comedia que ha hecho un trabajo ejemplar en el pasado en películas como Beetlejuice, Mr. Mom, Night Shifgt, etc., pero definitivamente no es la figura imponente que se necesita para encarnar a la criatura de la noche definitiva”.
Medios como Rolling Stone y The New York Times tampoco se mostraron entusiasmados. Así lo demuestran sus textos en los que auguraban una nueva versión de la serie sesentera protagonizada por Adam West. Un show ligero y familiar que resultó comprensible para su tiempo, pero que a la larga generó falsas impresiones sobre el personaje entre el público que no estaba familiarizado con los comics.
Al final, el Batman de Michael Keaton fue sobresaliente. Tanto que han pasado más de 30 años y sigue figurando entre las mejores encarnaciones de superhéroes de todos los tiempos. Sobra recordarlo, tampoco fue nada cómico. Todo lo contrario, su madurez y oscuridad fueron tan grandes que lo terminaron condenando. El estudio se percató que la naturaleza del proyecto le complicaba la venta de productos infantiles y decidió hacer cambios importantes en busca de una franquicia más amigable. El actor tuvo la oportunidad de continuar en el papel, pero no lo hizo convencido de que sería traicionar al personaje.