Como todo gran estudio, Walt Disney ha enfrentado incontables controversias a través del tiempo: menores fumando (Pinocho, Peter Pan), estereotipos (Dumbo, Los tres caballeros) y racismo (Canción del sur) son sólo algunas de las manchas más sonadas en la historia temprana del estudio. Un recorrido, sin embargo, que ha aumentado considerablemente con la adquisición de propiedades como Star Wars y Marvel, y estudios como Pixar y Fox. En medio de tanta controversia, pocos habrían imaginado que una película como Muerte en el Nilo terminaría convirtiéndose en uno de los mayores dolores de cabeza del ratón.
Muerte en el Nilo: la controversia que acompañó a la película de Disney
El desenlace de Asesinato en el Orient Express sentó las bases de un nuevo misterio para Hercule Poirot, quien deberá utilizar toda su destreza para desenmascarar al responsable de un asesinato imposible ocurrido en el barco de vapor Karnak. La película, al igual que su antecesora, cuenta con un reparto de primer nivel integrado por Gal Gadot, Armie Hammer, Annette Bening y muy especialmente Kenneth Branagh, quien además funge como director del proyecto. A esto sumemos el reciente resurgimiento del subgénero whodunit palpable en títulos como Malos momentos en el Hotel Royale (2018), Misterio a bordo (2019) y Entre navajas y secretos (2019). Una película que parecía destinada al éxito, hasta que se vio inmersa en una serie de complicaciones dignas de uno de los mejores detectives de la ficción.
Su estreno original era contemplado para el 8 de noviembre de 2019, pero una serie de anomalías resultaron en seis cambios de fecha que finalmente la dejaron en febrero de 2022. Los primeros fueron por eventualidades propias de la industria: retrasos en la filmación y reajustes en el calendario Disney tras hacer oficial la compra de Fox. Le siguieron los inconvenientes propios de la pandemia y la pobre recepción de Tenet (2020) que hizo que muchos estudios replantearan la apertura de sus mayores proyectos. Finalmente, una serie de controversias personales del elenco, tan intensas que se llegó a especular que el filme sería relegado al streaming o incluso enlatado para siempre.
Canibalismo, belicismo y negacionismo. Tres sospechosos poco comunes en la carrera de Hercule Poirot y que lo obligarán a llevar sus habilidades al máximo para desenmascarar al mayor culpable de la que es considerada la mayor controversia Disney en la era contemporánea.
Los sospechosos
Armie Hammer batalló muchos años por encontrar el rumbo de su carrera, hasta que el camino empezó a despejarse con Llámame por tu nombre (2017) que parecía ponerlo en otro nivel histriónico. De poco le sirvió el ascenso cuando en enero de 2021 su nombre se hizo tendencia mundial por una serie de mensajes filtrados a medios sensacionalistas en los que declaraba que “soy 100% caníbal. Te quiero comer. Asusta admitirlo”. Sus palabras, en los que manifestaba su deseo por consumir las costillas de una amante o por cargar con un dedo del pie en su bolsillo, desataron una serie de acusaciones de exparejas que reiteraban la naturaleza excéntrica de su vida sexual, que iba de lo agresivo a lo antropofágico.
La polémica aumentó todavía más en marzo cuando fue acusado de abuso físico y violación por una mujer con la que sostuvo una relación intermitente de 2016 a 2020. Las denuncias fueron negadas por el actor al asegurar que las relaciones siempre fueron consensuadas por ambas partes. Al final, las autoridades no encontraron pruebas concluyentes, lo que no evitó que el actor ingresara voluntariamente en una clínica para tratar sus adicciones, no sólo al sexo sino también a las drogas y al alcohol.
Mucho se especuló sobre si Disney aprovecharía los retrasos para la realización de reshoots de Muerte en el Nilo con otro actor. Algo similar a lo que sucedió con Todo el dinero del mundo (2017), con Sony contratando a Christopher Plummer para volver a filmar todas las escenas de Kevin Spacey cuando este se vio inmerso en una serie de acusaciones sexuales. La diferencia era que Armie Hammer tenía el rol protagónico masculino, lo que aunado a lo costoso de la producción habría resultado en una inversión de varios millones de dólares. Al final el estudio se decantó por minimizar la presencia del actor en el material promocional.
Justo cuando las aguas comenzaban a calmarse, fue el nombre de Gal Gadot el que se vio manchado. Esto cuando la actriz recurrió a sus redes para opinar sobre la escalada de tensiones en el conflicto bélico entre Israel, su país natal, y las milicias palestinas en Gaza.
“Mi corazón está roto”, tuiteó. “Mi país está en guerra. Me preocupa mi familia, mis amigos. Me preocupa mi gente. Esto es un círculo vicioso que está durando demasiado tiempo. Israel merece vivir como una nación libre y segura. Nuestros vecinos merecen lo mismo. Rezo por las víctimas y sus familias, rezo para que esta hostilidad acabe, rezo para que nuestros líderes encuentren la solución y podamos vivir unos junto a otros en paz. Rezo para que lleguen días mejores”.
— Gal Gadot (@GalGadot) May 12, 2021
Sus palabras fueron vistas como un acto de hipocresía y peor aún, de propaganda israelí. Muchos usuarios respondieron que Israel debía devolver las tierras que no le pertenecen y aprovecharon además para recordar que la actriz sirvió dos años en las fuerzas militares del país. Y claro, también hubo quienes manifestaron nuevamente su malestar por el video en el que cantaba Imagine y que fuera publicado al inicio de la pandemia, algo que para muchos fue una muestra de insensibilidad y elitismo con los que estaban padeciendo los estragos de la crisis sanitaria.
Finalmente Letitia Wright y Russell Brand. El nombre de la primera empezó a sonar negativamente en diciembre de 2020 cuando manifestó abiertamente sus dudas ante las vacunas contra la COVID 19. Las críticas se agudizaron porque prácticamente coincidieron con el inicio de la campaña sanitaria en Reino Unido, pero sobre todo porque bromeaba sobre la posibilidad de desarrollar nuevos miembros y por compartir un video en el que comparaba un término químico como la luciferasa con el mal. Esto último al tratarse de una persona profundamente religiosa. Su defensa posterior fue tuitear que “si no te conformas con las opiniones predominantes, sino que haces preguntas y piensas por ti mismo… te cancelan" y más tarde complementó que “mi intención no era hacer daño a nadie, mi ÚNICA intención publicando el video era que plantease mis preocupaciones sobre lo que contiene la vacuna y lo que estamos poniendo en nuestros cuerpos. Nada más”. Al final debió cerrar su cuenta por la ola de críticas recibidas.
Estas situaciones han pasado virtualmente desapercibidas para Muerte en el Nilo porque Wright ha sido más relacionada con la secuela de Black Panther. No sólo por su rol predominante, sino porque en octubre de 2021 se rumoró que la actriz se manifestaba continuamente contra las vacunas en el set marvelita. No pasó mucho tiempo para que desmintiera estas acusaciones.
Más drástica ha sido la posición de Russell Brand, el otro antivacunas del Nilo y quien en septiembre de 2021 empezó a tener un alza de popularidad importante en su canal de YouTube tras asegurar que sus palabras van dirigidas a los librepensadores. Esto incluye entradas que giran en torno a las teorías de conspiración en las que se cuestiona si vivimos en un mundo de desinformación, de censura o de mentiras. A esto sumemos que la promoción de su Tour 33 incluyó un tuit en el que indicaba que cualquier podía entrar sin necesidad de vacunas ni pruebas negativas, y si las sedes decían lo contrario, se comprometía a cambiar las entradas sin problema. Disney también ha evitado la publicidad en torno al controvertido actor, músico y comediante, al grado que muchas personas ignoraban su presencia en el whodunit.
Canibalismo, belicismo y negacionismo, ¿qué pesa más para el éxito o fracaso de una película? Ni el célebre Hercule Poirot se había enfrentado a una interrogante de este calibre en toda su trayectoria. Tal vez todos sean igual de culpables, pues como bien dijera el detective en la novela que inspira la película, “siempre son los hechos que no encajan los que son más significativos”.