El cine es una industria caprichosa. Y es que son muchos los actores y actrices que han probado las mieles del éxito, pero también muchos los que padecen estrepitosas caídas en el camino y sólo unos cuantos los que logran mantenerse. Más inusual es el caso de aquellos que regresaron a lo alto después de haber padecido una estrepitosa caída de popularidad.
Quizá por ello el fenómeno de Keanu Reeves no deja de sorprendernos, porque cuando todo indicaba que sus mejores años habían pasado, el actor ha escalado posiciones hasta convertirse en uno de los actores más cotizados de la actualidad. Una auténtica resurrección.
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Para comprender esta peculiar situación es imprescindible repasar la carrera del actor y los cambios padecidos por la propia industria. Debutó en la actuación en 1984 como un personaje incidental de la serie "Hangin’ In" y saltó al cine un par de años después con Flying (1986). Su primer gran proyecto sería "Relaciones peligrosas" (1988) dirigida por Stephen Frears y protagonizada por Glenn Close, John Malkovich y Michelle Pfeiffer, mientras que su primer gran protagónico llegaría a los pocos meses con La magnífica aventura de "Bill y Ted" (1989).
La consolidación llegó en una década de los 90 donde ensambló una carrera sumamente polifacética que deambuló por el drama (Idaho: El camino de mis sueños, 1991), la comedia (El alucinante viaje de Bill y Ted, 1991; Mucho ruido y pocas nueces, 1993), el terror (Drácula, 1992; El abogado del diablo, 1997) y el romance (Un paseo por las nubes, 1995). Muchas de estas películas dirigidas además por cineastas de alto calibre como Kenneth Branagh, Gus Van Sant y Francis Ford Coppola, por nombrar algunos.
Mención aparte para la acción que lo disparó a lo más alto. Un camino de ensueño que comenzó con "Punto de quiebra" (1991), se afianzó con "Máxima velocidad" (1994) y alcanzó su punto más alto con "Matrix" (1999). El híbrido de ciencia ficción marcó un antes y un después de la historia del cine al convertirse en un fenómeno masivo, pero también uno de culto al desatar toda clase de teorías sobre el mundo como una simulación. También en la historia del actor que desde entonces se hizo con el papel de Neo, informático/hacker destinado a salvar a la humanidad del dominio tecnológico.
Y fue entonces cuando comenzó la caída.
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Sobreviviendo años difíciles
Sería absurdo decir que la debacle de Keanu Reeves sucedió de un día a otro, pero aun así fue lo suficientemente rápida como para no pasar desapercibida entre sus aficionados que no podían sino contemplar la manera en que su estrella se apagaba. Lo más sencillo es atribuirlo a decisiones altamente arriesgadas que nunca encontraron un público. Tal sería el caso de Constantine (2005) sobre un condenado que enfrenta demonios para garantizar su salvación celestial y que resultó demasiado ambiciosa para un público que apenas se acostumbraba a las adaptaciones de comics. Ni qué decir de A Scanner Darkly (2006), neonoir de ciencia ficción animado que inspirado en la obra de Philip K. Dick nos traslada a un futuro tecnológico donde un agente adicto se torna decisivo en la guerra perdida contra la drogas. Esto, como no podía ser de otro modo, desembocó en lo francamente malo como Dueños de la calle (2008), el remake de El día que la Tierra se detuvo (2008) y 47 Ronin: La Leyenda del Samurai (2013).
La situación se complica cuando las secuelas de Matrix entran en la ecuación. Si bien Recargado (2003) y Revoluciones (2003) gozaron de buenos números en taquilla, ambas han sido acusadas hasta el cansancio de destruir la mitología original con una segunda entrega dominada por una filosofía confusa y una tercera por una acción banal. A esto se suma el factor del encasillamiento que ha afectado a tantísimos actores que alcanzan un rol icónico y del que muy pocos logran distanciarse. El suyo no fue el caso más extremo, pero sí que le afectó.
También hay quienes voltean hacia atrás para encontrar explicaciones, siendo su negativa a participar en la secuela de Máxima velocidad una teoría recurrente. Si la película protagonizada al lado de Sandra Bullock le convirtió en todo un héroe de acción, quizá regresar para la segunda entrega le habría dado mayor solidez a su carrera. Aunque claro, tampoco está de más recordar que la cinta fue un fracaso, por lo que también está la posibilidad de que su presencia sólo hubiera acelerado la caída.
Pero para ser justos, no todo fue causado por Keanu Reeves. El pico de popularidad del actor se cruzó con los atentados del 9/11 que resultarían en uno de los momentos más desafiantes en toda la historia del cine estadounidense. La vieja industria acostumbrada a plasmar la grandeza e invencibilidad del país, mientras que los guerreros solitarios conocidos como one-man army se sentían insuficientes para contener la amenaza terrorista. Todo esto obligó a un cambio de fórmula sumamente complejo que encontró su mejor solución en la naturaleza mitológica de los superhéroes y en la resiliencia de las grandes épicas. Historias como El Señor de los Anillos, Harry Potter y Spider-Man brindaban grandes emociones pero sin descuidar la esperanza de un mañana mejor gracias a sus mensajes recurrentes de que el bien siempre gana. A pesar de su sacrificio final, el Neo de Reeves nunca generó estas sensaciones.
Si hay alguien a quien Keanu Reeves debería agradecer por su retorno a lo más alto es Liam Neeson. Después de todo, fue su Búsqueda implacable (2008) la que rescató al viejo héroe de acción, con una historia más de un tipo crudo, aunque sustentada sobre bases altamente realistas que parten de la trata anual de más de 500 mil mujeres. Su éxito resultó en muchos proyectos divertidos, pero que sólo ofrecían –admitámoslo– más de lo mismo.
La gran excepción fue John Wick (2014), que fusionó elementos del one-man army y el heroic bloodshed –un subgénero que implica matanzas con fines heroicos– para adentrarnos en un submundo de asesinos que viven bajo un estricto código de convivencia y conducta. Hubo un tiempo en que el personaje titular perteneció a este, hasta que se retiró para vivir una vida normal al lado de su ahora difunta esposa. Si regresa a la violencia no es por un ataque a la persona, sino por la usurpación de su legado. Una decisión narrativa trascendental que hace que su deconstrucción se torne sumamente compleja. Y es que si bien suele ser relacionada con estilizadas peleas de gun-fu –técnica de combate que combina kung-fu y pistolas – bajo brillantes luces neón, es realmente una historia de redención y venganza que se apoya en incontables elementos simbólicos como son el arte, la religión y sobre todo el amor a la vida a través de un perro.
Es el segundo rol icónico en la carrera del actor, algo que para nada deber ser tomado a la ligera al tratase de una hazaña alcanzada por muy pocos. Y como tantos otros que le antecedieron, su primer gran personaje está listo para regresar con Matrix Resurreccions (2021). Un proyecto que no ha estado exento de polémica al ser considerado por muchos como una secuela innecesaria de una trilogía que no terminó del todo bien, pero que ha sido defendida a capa y espada por sus creadores que insisten en que se trata de un proyecto único. Tal es el caso de su guionista David Mitchell, quien regido por el secretismo declaró recientemente que “no puedo decirles de qué trata, pero podría decirles de qué no. Ciertamente no es otra secuela más, sino algo autónomo que sin embargo contiene las tres Matrix que le precedieron de un modo realmente ingenioso. Es una creación muy hermosa y extraña. También logra un par de cosas que no vemos en películas de acción, lo que significa que subvierte las reglas de los blockbusters” .
Más allá del aura de misterio que rodea al proyecto, los aficionados no han sido indiferentes al hecho de que Neo haya reemplazado su viejo peinado por el estilo desenfadado de John Wick. Una decisión estética que sólo trata de aprovechar la popularidad actual del asesino en beneficio de un elegido que lleva casi 20 años alejado de las pantallas, pero que ha suscitado toda clase de teorías metanarrativas en torno a ambos guerreros: ¿es que son la misma persona? ¿Coexisten en un mismo universo? Y de ser así, ¿algún día los veremos juntos en un crossover? No es la primera vez que el histrión experimenta este fenómeno, recordando que el videojuego Cyberpunk 2077, estrenado apenas en 2020, generó estas mismas interrogantes con un Johnny Silverhand que no dudó en replicar la apariencia del actor. Sueños improbables, pero que para nada deben ser descartados ante el creciente interés de la industria en los universos cinematográficos. Hoy día nadie le diría que no a uno centrado en el actor del momento y menos si consideramos lo promisorio de su futuro.
Matrix 4 Resurrections se estrena el 22 de diciembre de 2021
Los rumores señalan que el siguiente gran retorno de Keanu Reeves será con Speed 3 que además marcará su tercera película al lado de Sandra Bullock. A esto se suma el manifiesto interés del actor en una secuela de Constantine que muestre al antihéroe enfrentando nuevas y más temibles amenazas del inframundo. Y mientras todo esto se concreta, los estrenos confirmados de John Wick 4 y 5, además de todo lo que se vaya acumulando en el camino.
Keanu Reeves ha vuelto a lo más alto y todo apunta a que esta vez ha llegado para quedarse.