"Los eventos que llevaron al disparo de un arma cargada por parte del señor Baldwin no son mera negligencia", advirtió la abogada de la guionista, Gloria Allred, en una conferencia de prensa en Los Ángeles.
"Al contrario, desde nuestro punto de vista, el señor Baldwin eligió jugar a la ruleta rusa cuando accionó un arma sin haberla revisado y sin que el armero lo hubiera hecho en su presencia", argumenta la abogada.
"Su comportamiento y el de los productores de Rust fue peligroso", dice.
También son objeto de la demanda el subdirector, David Halls, quien entregó el arma a Baldwin diciéndole que era inofensiva, y la armera del plató, Hannah Gutierrez-Reed, responsable de las armas utilizadas por el equipo.
La joven de 24 años ha afirmado repetidamente que no estaba al tanto de la presencia de munición real en el set. Esta bala real estaba en el revólver de Baldwin mientras ensayaba una escena, y atravesó el cuerpo de Hutchins e hirió al director del film, Joel Souza.
"El señor Baldwin y los (otros) profesionales experimentados sabían que el arma en cuestión nunca debería haberle sido entregada por el subdirector", sino por la armera, afirmó Allred.
El actor "no podía por tanto confiar en ninguna declaración del ayudante de dirección sobre la inocuidad del arma", reprochó.
Las normas de seguridad vigentes en la industria cinematográfica de Estados Unidos estipulan que el armero debe mostrar explícitamente al actor que el arma es segura y luego entregársela directamente.
"El señor Baldwin sabía que esa era la regla y que no se seguía. Y no comprobó el arma él mismo", añadió la abogada.
La semana pasada, Serge Svetnoy, jefe de iluminación de la película, presente durante el rodaje, presentó también una denuncia por "negligencia" contra el actor, la producción y la armera.